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El Sardinero cambiará un tanto su imagen una vez se coloque la nueva cubierta. El color del material que se utilizará será el gris metalizado.
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El Ayuntamiento retira las chapas de la cubierta de El Sardinero, última fase de las obras

El consistorio se comprometió a correr con los gastos y cuando finalicen los trabajos el estadio sufrirá un cambio en su estética

Marcos Menocal

Jueves, 4 de mayo 2017, 07:14

En la zona norte, sur y este de El Sardinero ya no hay chapas metálicas en su cubierta. Tan solo permanecen en la Tribuna Principal, aunque por poco tiempo ya que serán retiradas en los próximos días y de esta manera el estadio cambiará de piel por completo. Las obras ya han comenzado y no tienen un plazo de ejecución marcado, pero lo cierto es que cuando estas acaben El Sardinero tendrá un aspecto muy distinto. Se trata de una de las labores al margen de las que correspondieron a la seguridad y cuya puesta en marcha fue urgente que comprenden únicamente un aspecto estético. Visual. Una limpieza de cara más que otra cosa, pero que después de 29 años la construcción lo demandaba.

Los trabajos de mejora del estadio, que después de una larga polémica entre el Ayuntamiento (propietario) y el Racing (inquilino) sobre quién debería hacerse cargo de los mismos quedaron en manos del Consistorio el pasado 29 de septiembre, comprenden en su fase final el aspecto puramente estético. De esta manera, las chapas de la cubierta que después de tanto tiempo estaban rotas y muchas de ellas roñosas en un estado decadente, serán sustituidas en su totalidad. Desde hace días, los operarios han comenzado la retirada de las mismas y una vez que no quede ninguna se colocarán las nuevas. La construcción tendrá un aspecto menos industrrial, además de que la cubierta cambiará un tanto su color ya que las placas serán grises metalizadas. Técnicamente se utilizará un material más resistente a la corrosión denominado perfil minionda. Su colocación no requiere una labor delicada, ya que no influye a la estructura interna del estadio, aunque evidentemente será en su conjunto laboriosa pues corresponde a todo el estadio y al tratarse de la fachada y el techo no será sencillo.

  • En clave

  • Estado actual

  • Los trabajos han comenzado por las zonas norte, sur y este. Falta la Tribuna Principal

  • Más trabajos

  • La primera fase de las obras se centró en la estructura y cerramiento del edificio

  • Material

  • Se colocarán unas chapas de un material más moderno y con un color gris metalizado

  • Fin de las obras

  • No existe un plazo de ejecución programado, pero se aprovechará la bonanza climatológica

El último peldaño de las obras de uno de los edificios más representativos de la ciudad costará algo más de 200.000 euros, que sumados a los alrededor de 150.000 presupuestados en un principio para acometer las mejoras urgentes situará el gasto final en 354.000 euros. El montante total será sufragado por el consistorio santanderino, que se comprometió de manera personal en costearlo después de que los técnicos que analizaron los trabajos lo aconsejaran. La Casona no tuvo reparos toda vez que se responsabilizó de las obras en arreglar con urgencia las costillas y el cerramiento de El Sardinero después de que el temporal invernal un año antes levantase de cuajo todo el material obsoleto, algo que ponía en peligro a los ocupantes y viandantes. Fue precisamente un nuevo temporal el que reabrió la polémica entre el propietario y el inquilino, ya que el uno instaba al otro a que arreglara el desaguisado. Fue el club el que apeló al convenio de cesión como argumento para que el Ayuntamiento se hiciera cargo de las obras.

Propietario e inquilino

Finalmente, el dueño del estadio asumió la responsabilidad y comenzó los trabajos. El primero de esos cometidos fue la reparación de los encofrados; por efecto de las tensiones internas generadas por el aumento de volumen producido por la oxidación de las armaduras, los operarios se vieron obligados a repararlo con agua a alta presión. Ya con la zona completamente saneada se reconstruyeron los elementos en un proceso que comenzó con el chorreado con arena para eliminar el óxido. Tras aplicar una protección adicional mediante un revestimiento cementoso impermeabe que protegiera la estructura y mejorara su estética se aplicó a toda la superficie un tratamiento hidrófugo que reduce la penetración del agua. Todas estas labores respondieron y cumplieron con la necesidad de mejorar la estructura de hormigón que el paso del tiempo y la dejadez en su mantenimiento habían deparado en un edificio mucho más antiguo que lo que decía su fecha de construcción. La estructura interna fue lo que más preocupó en un principio, así como la peligrosidad que suponía el descolgamiento de cualquier material de la cubierta al mínimo soplo de viento.

La necesidad de que esta última fase de las obras vaya dando pasos no es prioritaria en un principio dado que tan solo atañe a un fin estético, sin embargo tampoco son nuevas las quejas de algunos de los abonados a quienes la ausencia de las chapas de la cubierta les está causando algún agravio. Hay aficionados que sufren más de la cuenta cuando llueve o cuando simplemente sopla viento dado que sin el parapeto que antes suponían las mismas chapas aunque el óxido y el deterioro fuera patente ahora les deja a la intemperie.

Sin plazo

El estadio, por tanto, continúa su puesta a punto después de que durante muchos años no se le hubiera hecho mucho caso. Además de la estructura y la cubierta, las zonas de acceso en las que el pavimento se había levantado como consecuencia del uso también fueron reparadas. Esas zonas, las que comprenden el perímetro del estadio, fueron arregladas después de que los técnicos aconsejaran también su mejora. Fueron estos mismos los que tras un análisis informaron que se había "producido un hundimiento con toda probabilidad debido a un asiento generalizado sobre unos terrenos que conformaban una gran marisma sólo interrumpida por el estadio pilotado". De este modo, se concluyó que se trataban de "defectos de construcción".Los trabajos se demoraron más de la cuenta, pero también se quedaron finiquitados.

En definitiva, no existe un plazo para que las obras terminen. Tampoco hay un plan establecido, aunque la intención del consistorio es no dejar que se demoren mucho y aprovechar la supuesta bonanza meteorológica que acostumbran las fechas primaverales y veraniegas. El Ayuntamiento y el club trabajan juntos en la elaboración de un nuevo convenio. El cambio estético tampoco será radical, pero es obvio que le dará un aspecto más moderno y acorde a los tiempos. Falta le hacía.

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