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Antonio Carrère, autor de 'El enigma Cerdá'
Las Caldas revive el enigma de la muerte de Cerdá

Las Caldas revive el enigma de la muerte de Cerdá

Antonio Carrèrre escribe una novela sobre la muerte del padre del urbanismo moderno

Nacho Cavia

Lunes, 28 de marzo 2016, 17:52

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El Balneario de Las Caldas de Besaya es el escenario elegido para revivir el enigma de la muerte de uno de los padres del urbanismo moderno, el ingeniero y político catalán Ildefonso Cerdá, fallecido de un infarto al corazón mientras tomaba los baños en las instalaciones del histórico balneario. El escritor Antonio Carrère Garriga es el autor de una novela, 'El enigma Cerdá', que intenta dar respuesta a las muchas incógnitas que encierran esa muerte, ocurrida el 21 de agosto de 1876, el entierro en el cementerio del pueblo de Barros (Los Corrales de Buelna) y los posteriores acontecimientos que desembocaron en el traslado de sus restos a Bárcelona, más de un siglo después. Carrère se adentra en la vida privada de Cerdá, en sus "aparentes contradicciones constantes" y los motivos que trajeron al ingeniero al valle de Buelna, prácticamente exiliado por una Cataluña que no entendió su concepto de una ciudad moderna y lo hace en un relato a caballo entre el siglo XIX y la actualidad, en una trama protagonizada por un joven arquitecto catalán y una enfermera del balneario cántabro inmersos en una labor de investigación en la que las piezas no acaban de encajar.

"Cerdá era un perfecto desconocido para mi hace unos pocos años", reconoce el autor. Explica que si se pregunta quién es Cerdá la respuesta, al menos en Barcelona, va poco más allá del padre del Ensanche de la ciudad condal, un ejemplo de ciudad moderna. Pero nadie va más allá. "Durante la investigación quedó claro que es un gran personaje viviendo en un enigma constante, en cada momento de su vida, hasta en su muerte, falleciendo en Las Caldas, un pueblecito cántabro desconocido, y su posterior entierro en Barros a pesar de pertenecer a una familia catalana adinerada". Incluso el traslado de sus restos, 150 años después de su muerte, es "rocambolesco", asegura, "todo queda en un gran enigma".

Enterrado en San Martín de Barros

Evidentemente la primera pregunta que hay que responder es el por qué se enterró en el cementerio de San Martín de Barros, y "existe un motivo que desvelará el libro, simple, pero, como todo en su vida, enigmático", asegura.

En la labor de documentación en Cantabria el escritor catalán ha contado con un cómplice muy especial, el historiador Federico Crespo. "Cuando coincidí con él me di cuenta de que era alguien muy especial, me abrió sus puertas y me ayudó a encontrar mucha de la información que incluye la novela. Él sabe dónde buscar y dónde encontrar y nadie como él para realizar esa labor".

Una tarea complicada. De hecho, en el cementerio de Barros, en el momento de recuperar sus restos se encontraron con muchas dificultades ya que muchas de las tumbas habían desaparecido durante la Guerra Civil, explica Carrère.

¿Qué pasó? La novela explica las circunstancias, pero aun así deja abiertas las conclusiones que pueda sacar cada lector. Bien es cierto que el Registro Civil de Los Corrales de Buelna señala fehacientemente algunos de esos extremos, como recuerda uno de los hijos del que fue entonces secretario, Vicente Rodríguez.

Comprensión en Cantabria

Carrère también hace balance del paso de Cerdá por Cantabria, una tierra "donde tuvo la comprensión que no tuvo en Barcelona: aquí encontró sosiego, inspiración, tranquilidad y buena gente, lo mismo que me he encontrado yo", asegura. No había estado nunca en Las Caldas de Besaya "y vine para conocer más a Cerdá, para meterme en el personaje, lo que no esperaba era encontrar la misma buena acogida que él vivió". "El urbanismo de Barcelona está en deuda con Cerdá y por extensión con Cantabria".

El libro, que estará pronto a disposición de los lectores, se presentará en junio en el Balneario de Las Caldas de Besaya, un "perfecto" escenario, según reconoce Carrére, de cualquier novela de todo género. No en vano la historia marca unas instalaciones con posibles termas romanas o una bañera (en un solo bloque de mármol) que utilizó la mismísima reina Isabel II en 1867. El hecho de que el autor del Proyecto de Reforma Interior y Ensanche de Barcelona, Ildefonso Cerdá Suñer, falleciera en el propio balneario cuando tomaba un baño de vapor, seguramente por desconocer sus problemas cardiacos, recalca la importancia del lugar.

Por lo demás, 'El enigma Cerdá' es el tercer libro de un escritor que ha tenido mucho éxito con sus dos obras anteriores, especialmente con 'El manuscrito del templo', una obra sobre templarios que fue durante meses el libro histórico más vendido en Amazón. Ya tiene la siguiente obra en su cabeza, un libro sobre moriscos. Pero eso ya es otra historia.

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