La Confederación entrega el plan de actuación de los soplaos

Dicen que el hogar está donde el corazón se encuentra. A veces, por causas ajenas a uno mismo, en ese hogar/corazón, aparecen grietas y sus cimientos se tambalean. Eso les ocurrió a los miembros de la asociación de afectados por los soplaos en el valle de Camargo. María Jesús Diego Bezanilla preside actualmente el colectivo, que nació -después de que muchos vecinos padecieran el mismo problema- para luchar en conjunto, «con mayor fuerza», y así corregir una situación que afecta a más de 50 familias y que les hace vivir sobre un castillo de arena.

María Jesús reconoce que ha tenido épocas en las que ella misma vivía en un soplao. «Estaba continuamente pendiente de ello. Sin embargo, hace un año, algo hizo 'clic' y pensé que llevaba un tercio de mi vida de casada y de la de mis hijos obsesionada con el tema. Y te da rabia, ¡claro que sí! Sabemos que todos cometemos errores, pero lo que queremos es que lo reconozcan y lo arreglen», afirma.

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