Sigue estos pasos para conseguir el huevo frito perfecto
Trucos para conseguir uno en los que la yema se puede untar con el pan y la clara es consistente sin estar quemada
La de los huevos fritos es una de esas recetas que a simple vista parecen sencillas y que siempre es muy recurrente, pero no debemos dejarnos engañar. Y es que para lograr un huevo frito perfecto, de ésos en los que la yema se puede untar con el pan y la clara es consistente sin estar quemada, deberemos haber perfeccionado nuestra receta o, si no, conocer algunos trucos que nos ayuden a acercarnos a su mejor versión.
El primer aspecto al que deberemos atender es a la propia sartén, clave en cualquier preparación, pero aún más a la hora de elaborar un huevo frito. Resultará imprescindible que sea antiadherente pero si además tiene doble fondo (de este tipo de sartenes que pesan más de lo habitual) nos será de gran ayuda. También deberemos prestar atención a la espumadera, y aquí viene el primer truco: es conveniente dejarla sumergida en el aceite mientras éste se calienta ya que luego, cuando bañemos el huevo en el aceite, nos ayudará que ésta se haya calentado.
Respecto al propio huevo, también debemos apuntar que su calidad tiene mucha importancia en el resultado. Deberemos tenerlo a temperatura ambiente, pero si éste es fresco, mucho mejor. ¿Cómo podemos saberlo? Si lo echamos a un bol lleno de agua y flota, será porque con el paso de los días, el aire que el huevo tiene en su interior aumenta. Por suerte, es fácil encontrar en nuestro entorno huevos frescos de caserío que nuestro paladar agradecerá.
Media cucharada de harina en el aceite ayudará a que éste no salte al echar los huevos a la sartén
En cuanto al aceite, deberemos añadir aproximadamente un dedo de uno de oliva a la sartén y tendremos que dejarlo calentar hasta que esté humeante. Para este momento, dos trucos.
Por un lado, si echamos un trozo de pan en el aceite, éste nos ayudará a saber cuándo debemos echar el huevo. Por otro lado, si añadimos media cucharada de harina, el aceite no saltará cuando echemos los huevos a la sartén.
La importancia de la espumadera
Cuando tengamos el aceite echando humo pero sin haberse quemado, deberemos añadir el huevo. En este punto, es importante que tengamos lista la espumadera para, poco a poco, ir echando el propio aceite sobre la yema para que ésta se cuaje rápidamente sin llegar a cocerse. Una pizca de sal, y tendremos el huevo frito de nuestros sueños.
