Los afectados por la presunta estafa exigen a Novo Banco el reintegro de todo su dinero
Los clientes agrupados envían un requerimiento notarial para que la entidad responda en una semana
«Durante todo este tiempo, casi dos semanas, la realidad es que el banco no ha negociado absolutamente nada». Es el resumen que ... hacen los representantes legales del grueso de afectados por las presuntas irregularidades cometidas por Jacobo Vidal, el exempleado de Novo Banco. Ellos estaban pendientes de tres respuestas antes de dar el siguiente paso. Pendientes, en concreto, de que la entidad contestara. Si efectivamente se hacía cargo de la devolución de su dinero, cuándo lo haría y con cuánto capital. Y a día de hoy, aseguran, no les han comunicado «ni qué, ni cuándo, ni cómo». Por eso, según su relato, han enviado al banco un requerimiento notarial. ¿Y qué piden? Pues todo. «Las diferencias entre lo que el banco decía en su momento a cada uno que tenía en sus extractos de posiciones -lo que les entregaba Jacobo Vidal- y lo que ahora dice que aparece en su sistema». Dan una semana de margen. «De no hacerlo así, se emprenderán las medidas penales que consideremos».
Se trata del primer gran paso por parte de los afectados. Al menos, del casi medio centenar que se ha agrupado en torno a dos despachos de abogados de Santander que trabajan de forma coordinada. Hasta ahora, se habían mantenido en un perfil bajo. A la expectativa, en silencio y, sobre todo, pendientes de lo que les dijera el banco. Pero, en este tiempo, aseguran que el mensaje de la entidad a sus clientes no difiere mucho del que se hizo público a través de este periódico. Que habían puesto «en marcha un protocolo de investigación interna con el objetivo de esclarecer» lo sucedido. Que estaban «trabajando para resolver esta situación con celeridad para garantizar el mejor servicio para sus clientes». Y -lo más importante- que atenderían «los derechos legítimos de sus clientes afectados de forma trasparente de acuerdo con la legalidad». Pero, más allá de ese mensaje, los afectados relatan que, hasta ahora, «ni han negociado, ni han dado una solución, ni han planteado directamente que van a hacerse responsables». «El banco no ha hecho absolutamente nada. Lo único es dar largas y ni un solo movimiento. Nos han forzado a ponernos serios».
De ahí el requerimiento, «un documento fehaciente» para dejar constancia de las posiciones con que cada uno contaba. Es decir, para dejar claro lo que les decían que tenían -lo que quieren recuperar- y lo que ahora están recibiendo como información. Ahí está una de las claves de todo el proceso. «Nosotros -explican los representantes de los afectados- no sabemos si los documentos que nos daban eran falsos. Para los clientes, lo que existía era lo que el banco les decía. Para ellos solo existía eso y esas cantidades. Las posiciones que tenían eran sólo unas, las que les decía el banco. Y de un día para otro, resulta que el banco tiene otras posiciones distintas.». De hecho, aclaran que «lo que daban a la gente no eran intereses, sino rentabilidad». «Estas carteras daban un 10%, un 12%, un 14%... Él no prometía un interés fijo. Él te decía que el capital estaba garantizado y que sacar una rentabilidad del 14% era posible».
Un arreglo para las urgencias
De hecho, desde este grupo quieren dejar claro que, más allá de los grandes inversores (en la lista figuran conocidos empresarios de la región), entre sus miembros también hay pequeños ahorradores y casos a los que esta situación les ha dejado en precario. «Hay personas que tenían todo su dinero ahí y de repente no tienen nada. Están pasando por problemas o no tienen para pagar sus alquileres».
Para estos «seis u ocho supuestos», los afectados cuentan que el banco tampoco ha facilitado una medida intermedia por el momento. «Podían dar una solución provisional, ingresar una parte pequeña del dinero para que tiren estos meses... Pero nada».
Otro caso concreto
Al hilo de esta historia, este periódico pudo conocer ayer otro caso concreto. Uno más de entre las personas que pasaron por el despacho de la oficina de Novo Banco de la calle Hernán Cortés que cerró sus puertas el pasado mes de diciembre. Su perfil tampoco se corresponde con el de los grandes empresarios, el de las fortunas. Se trata de un matrimonio de jubilados residente en Burgos y con vínculos con Cantabria. «Nos han dejado sin nada y puede que tengamos que vender la casa», cuentan.
«Durante todo este tiempo la realidad es que el banco no ha negociado absolutamente nada»
Llegaron hasta Jacobo Vidal por el boca a boca, por ese mensaje de que «nunca perdía». Y, en efecto, en la documentación que ellos recibían cada cierto tiempo constataban que «nunca perdía». «En varias ocasiones le pedimos que nos lo explicara, que no lo entendíamos. Y él nos daba explicaciones muy técnicas que seguíamos sin entender. Cada vez una cosa distinta. Te presentaba unos papeles con el logo del banco y nosotros confiábamos en él. Ahora lo ves y entiendes todo, pero en ese momento no pensabas que te la estaba jugando. Es más, mi marido bromeaba y le decía: 'como me la juegues vengo con la escopeta de casa'».
Cuentan que tenían ahí «sus ahorros de siempre», que se han quedado en una situación difícil y que, a su edad, están «angustiados». Su idea, en principio (y tras seguir a diario todo lo que ha publicado este periódico a lo largo de las últimas semanas), era la de sumarse al grueso de los afectados que se han agrupado para hacer un frente común con dos despachos de abogados.
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