Consumidores pide restablecer las líneas anteriores al MetroTUS «por el bien de la ciudad»
La asociación no entiende que, «una vez reconocido el error por parte del Ayuntamiento», se mantenga el servicio
Primero fueron los usuarios del MetroTUS los que se quejaron, después los comercios del centro de Santander y ahora la Unión de Consumidores de Cantabria (UCC). Incluso el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, llegó a decir que el nuevo sistema de transporte urbano de la capital es «una chapuza monumental».
La UCC ha pedido este miércoles al Ayuntamiento que restablezca el servicio anterior, tanto las líneas como los horarios, «por el bien de la ciudad y de sus habitantes». En un escrito que la organización registró en el Ayuntamiento el pasado 28 de mayo, el colectivo argumenta que «los retoques» introducidos en el MetroTUS «no suponen alivio para los cambios que demandan los usuarios».
La asociación cree que «caben pocas dudas» acerca del malestar que ha generado el nuevo sistema entre los usuarios, sobre todo entre los habitantes de los barrios periféricos y personas mayores.
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«No podemos entender que, una vez reconocido el error por el Consistorio, se mantenga la medida y no se atienda al amplio clamor popular que demanda volver al sistema anterior», razona.
La asociación considera que el anterior sistema, que «no suscitó críticas ni graves reparos», podría «ser mejorable, como todo», pero «a estas alturas parece claro que las nuevas líneas no suponen mejora alguna para los usuarios y les han provocado crispación y desasosiego».
Al tiempo, expresa su temor ante «una posible privatización del TUS». En su opinión, mantener la actual configuración de horarios y transbordos del servicio y con ello «mantener la crispación social» en una ciudadanía «de por sí pacífica» no parece «tener lógica» salvo que se «quiera trasmitir la sensación de que es necesario mantenerlo de cara a una futuras medidas, como quizá una privatización», argumenta el portavoz de UCC.
Por último, la asociación señala que el transporte público tiene que cubrir las necesidades de los usuarios y, por tanto, «no tiene sentido que se imponga si no resulta útil para quienes lo utilizan».