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Personal sanitario del servicio de Urgencias de Valdecilla atienden a un paciente con síntomas compatibles con el coronavirus. alberto aja

La incógnita de las secuelas post-Covid

Expertos de distintas especialidades dicen que «es pronto para saber si las alteraciones en distintos órganos perdurarán o son parte de la recuperación»

Ana Rosa García

Santander

Domingo, 24 de mayo 2020, 07:41

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Lo que más ha sorprendido del SARS-CoV-2 a los expertos que han tenido que combatirlo es la «llamativa reacción» del cuerpo a la infección. Empieza como un cuadro respiratorio (similar a una gripe) que evoluciona hacia una neumonía en los casos en los que la respuesta inmunitaria no puede parar al virus y en los pacientes más graves llega a una tercera fase «catastrófica», ya con el sistema inmunológico fuera de control, en la que se produce una inflamación que afecta a los diferentes órganos. «Las patologías víricas a las que estábamos habituados no hacen este cuadro tan florido», subraya el neurólogo Eloy Rodríguez, que estuvo entre los profesionales que se incorporó al equipo Covid de Valdecilla cuando la presión de la pandemia obligó a buscar refuerzos en otras especialidades. «Es un bicho curioso». Y las secuelas que pudiera dejar en los enfermos que han librado las batallas más duras son aún «una incógnita», coinciden varios médicos consultados por este periódico.

«En los casos graves, esta enfermedad provoca esa tormenta inmunológica con afectación multisistémica, que durante la fase aguda llega al hígado, a los riñones, al corazón, produce fenómenos trombóticos y reacciones cutáneas, aunque no tenemos la percepción de que, superada esa fase, esté dando muchos problemas», explica José Manuel Olmos, jefe de Medicina Interna, que sí confirma «algún caso de trombosis en extremidades inferiores que a veces aparecen semanas después de la infección».

El neurólogo Eloy Rodríguez, que cree que es difícil de saber las secuelas que dejará el Covid-19, porque «aún no hay literatura, hace falta tiempo para ver con perspectiva y no lo hemos tenido aún», considera «bastante llamativo el trastorno de la coagulación que produce este virus, que se mantiene incluso después de solucionarse el cuadro respiratorio, lo que hace que el riesgo de infarto, embolia pulmonar e ictus sea mayor en el contexto de la infección. De hecho, puede haber gente que debute con infarto o ictus antes de haber dado síntomas de contagio, lo que nos lleva a estar más atentos a los pacientes que ingresen por este motivo para que no se nos escape ningún positivo». No obstante, aclara que ese riesgo se refiere a un «porcentaje pequeño» de casos y «lo que no sabemos es si esas alteraciones se mantendrán ni por cuánto tiempo».

«La fibrosis es la principal secuela pulmonar, pero no sabemos qué porcentaje de casos con neumonía grave presentará esta patología»

José Manuel Cifrián | Jefe de Neumología de Valdecilla

El órgano que más sufre el impacto del Covid-19 son los pulmones. De ahí la necesidad de soporte respiratorio y la alta demanda de UCI. El neumólogo José Manuel Cifrián señala la fibrosis pulmonar (la cicatriz de la neumonía) como la principal secuela post Covid-19, aunque aclara que «no se conoce con seguridad qué porcentaje de pacientes que tuvieron neumonía grave va a presentar esta patología». En este sentido, recuerda que «el servicio de Neumología de Valdecilla cuenta con una unidad especializada de fibrosis pulmonar de máxima complejidad (sólo existente en nueve hospitales de España) que va a evaluar la situación pulmonar de estos pacientes». Cifrián añade que «hay que considerar también cuál es la evolución de los tromboembolismos pulmonares asociados a Covid-19 y descartar otras complicaciones».

Repercusión en cerebro

Desde el punto de vista neurológico, Rodríguez subraya que «los pacientes que han pasado mucho tiempo en UCI salen mentalmente afectados, a veces hacen cuadros encefalopáticos que habrá que observar si dejan secuelas a medio-largo plazo, como problemas de memoria, desorientación, lentitud de pensamiento. Hay que tener en cuenta que cuando se produce ese trastorno inflamatorio también repercute en el cerebro». Una consecuencia inicialmente más frecuente es la falta de olfato, «hay gente que puede tardar en recuperarlo incluso más de un mes, pero lo normal es que lo recuperen».

«Es llamativo el trastorno de coagulación que causa este virus, que aumenta el riesgo de ictus o infarto en el contexto de la infección»

Eloy Rodríguez | Neurólogo de Valdecilla

La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) ha indicado recientemente que un tercio de los pacientes Covid que ingresa en UCI sufre daños cardiológicos (arritmias y miocarditis semanas después de empezar con la infección), datos que confirma Juan Carlos Rodríguez Borregán, jefe de Medicina Intensiva. No obstante, si esos daños son susceptibles de causar problemas una vez superada la enfermedad «se desconoce». «Sólo tenemos dos meses y medio de experiencia, hay mucho que analizar, hay que tener precaución y esperar, para no alertar innecesariamente», considera Javier Zueco, jefe de Cardiología. El corazón es un músculo y, como tal, también sufre los efectos cuando esa infección por SARS-CoV-2 se agrava, aunque la duda es si deja algún rastro después.

Incertidumbre

«El futuro respecto a las secuelas actualmente es incierto, esperábamos unas y pueden ser otras», destaca Carmen Fariñas, jefa de Enfermedades Infecciosas, al frente del equipo Covid de Valdecilla. «Hay pacientes que han desarrollado embolias pulmonares después del alta, y también se ha visto que puede haber trombos a nivel cerebral (ictus). Se esperaban casos de insuficiencia respiratoria por fibrosis pulmonar en los pacientes más graves, pero ya no está tan claro. Es más, no sabemos ni en cuántos ni en qué tipos de pacientes. A lo mejor, las alteraciones que se han ido viendo en los distintos órganos (sistema nervioso, cardiaca, pulmonar...) son parte del proceso de recuperación. Se desconoce si van a ser secuelas que perduren en el tiempo».

Esa convalecencia puede resultar más costosa en los enfermos más graves que han permanecido estancias prolongadas en Cuidados Intensivos, que pueden sufrir lo que se conoce como el síndrome post UCI: debilidad, lesiones pulmonares que cuesta recuperar, pie equino, úlceras en la piel... «Los recuerdos que les quedan a estos pacientes tras su paso por la UCI son muy vagos, a veces no se corresponden con la realidad», señala Rodríguez Borregán. «No sabemos tampoco si esas alteraciones neuropsiquiátricas se incrementan con el Covid-19», apostilla Fariñas. De lo que no hay duda es de que «a las personas mayores que han pasado hospitalizaciones largas les cuesta más esta recuperación, por esa debilidad muscular que les deja más trabados, consecuencia también de estar tanto tiempo encamados», concluye José Manuel Olmos.

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