El ministro dispara en ráfaga

El protocolo y la corrección política exigen un peaje. El Gobierno regional PRC/PSOE, casi en pleno y con el presidente Revilla al frente, acudió, como debe ser, a la comparecencia del ministro de Fomento en el Foro de la Ser. Incluso a sabiendas de que Íñigo de la Serna dedicaría su intervención a refutar el discurso principal del Ejecutivo: la queja por el olvido con que la Administración del Estado castiga a Cantabria. El ministro recitó un abrumador catálogo de proyectos que su departamento ya impulsa o se propone poner en marcha en breve en la región, por tierra, mar y aire: carreteras, ferrocarriles, el puerto, el aeropuerto, etc. A poco que avancen algunos de ellos, Revilla va a tener que cambiar el mensaje de que no se ve ni una pala excavadora pagada por el Estado desde Ontón hasta Unquera y desde Santander hasta Mataporquera.

De la Serna imprimió una gran carga política a su ponencia y al turno de preguntas, y disparó en ráfaga contra el Gobierno Revilla. No solo desgranó su retahíla de proyectos para Cantabria sino que acogió con escepticismo o con desdén algunos de los que más publicita el Ejecutivo, desde el centro logístico de La Pasiega al tren Santander-Bilbao. De paso, negó el aporte gubernamental en la consecución de nueva línea de ferry con Cork (Irlanda), subrayó la tendencia a contracorriente de Cantabria frente al crecimiento que experimenta el país y hasta se postuló como interlocutor de los empresarios cántabros para alentar ese plan estratégico de reactivación económica que el Gobierno desdeña.

De la Serna está en campaña, aunque eso no quiere decir, ni mucho menos, que vaya a enarbolar el estandarte popular en las elecciones de mayo de 2019. Cuando le interrogan al respecto, más bien compone el gesto evangélico de ‘aparta de mí este cáliz’ y desvía palabras de elogio hacia la presidenta del partido, María José Sáenz de Buruaga, a quien ve idónea para liderar la candidatura autonómica, aunque a la espera de lo que decidan los órganos del partido, o sea, Mariano Rajoy.

El ministro también tuvo ocasión para desplegar la ironía sobre los que, con Ignacio Diego al mando, hasta anteayer eran sus enemigos declarados en el PP y ahora le postulan para encabezar la arriesgadísima empresa electoral. Ayer, por cierto, no se animaron a acudir al concurrido Foro de la Ser para arropar a ‘su’ candidato repentino.