Víctor Manuel Atrio Canal

Guardia Civil de la Unidad Especial de los Tédax

«Trabajamos con una regla de oro: salvar la vida de las personas antes que la propia»

-¿Cómo comenzó en la Guardia Civil?

-Soy hijo del Cuerpo. Mi padre era Guardia Civil y por lo tanto me crié en los cuarteles y estaba familiarizado con los uniformes, los vehículos militares, la armas. A los 19 años recién cumplidos aprobé la oposición e ingresé en 1978. En aquellos años había una necesidad imperiosa de personal.

-¿Quién le propuso integrar la unidad de los Tédax?

-Conocí a los integrantes de la sede de los Tédax en Gijón y me llamó mucho la atención. Era una especialidad muy novedosa y me interesé por ello. Nos presentamos cien hombres a las pruebas de acceso y finalmente pasamos el filtro 40. La selección fue muy dura: exámenes todos los días, pruebas psicológicas... Querían conocer nuestra capacidad de reacción y de observación. El perfil que se buscaba no se sabía cuál era. Durante la preparación estábamos bajo mucho estrés y cada día alguno de nosotros estaba expulsado.

-¿Cuáles han sido los momentos de mayor tensión?

-En la década de los 90 estuve en la desactivación de un coche bomba en Pesués. El coche kamikaze, con 100 kilos de explosivos, estaba dirigido al cuartel de la Guardia Civil. Por suerte no estalló, pero había que desactivarlo. También recuerdo la bomba lapa de ETA al lado de un colegio en Castro Urdiales. Era el coche de un Policía que vio la carga explosiva y no se subió al vehículo. Y estuve en las granadas del aeropuerto de Parayas. La banda dio el aviso, pero no las encontrábamos. Estaban en Pedrosa, orientadas hacia la pista de aterrizaje, cubiertas de matorrales.

-Cuando reciben un aviso de bomba ¿qué es lo primero que hacen?

-Nosotros trabajamos con tres reglas de oro: lo primero es salvar la vida de las personas, para que no haya víctimas. Lo segundo, la nuestra propia; y lo tercero es evitar los daños materiales.

-Una vez localizado el artefacto, ¿cómo se procede?

-Ante un coche bomba, lo primero es abrir el maletero por si dentro hay alguna víctima y hay que salvarla. Antes que eso, acordonamos la zona para que todo el mundo esté a salvo.

-¿De qué medios se sirven para protegerse de una explosión?

-Utilizamos robots para explosionar la carga a una distancia de seguridad. También utilizamos perros desactivadores, que son los primeros que inspeccionan el terreno y con su olfato localizan los explosivos.

-¿Cómo se prepara para su jubilación?

-Cada día voy cortando cables, poco a poco, para ir desconectando del Cuerpo. Con mis compañeros, con los que tengo una unión de hermanos, nos seguiremos viendo y algún día compartiremos un pescadito juntos. Ahora tendré tiempo para disfrutar de la vida con mi mujer, Isabel Lanza, y mi hijo, Fabio, también Guardia Civil. Mi mujer ha sufrido mucho esta profesión. Salir de noche a una urgencia y no saber qué pasará... Se arriesga mucho y los momentos más difíciles son cuando ves caer a compañeros o familiares. Llevo 45 años en el Cuerpo y 35 en los Tédax.

-¿Cómo vivió el fin de ETA?

-La banda armada anunció varios finales hasta que fueron derrotados. Ahora han cambiado de estrategia, de la militar a la política, porque no consiguieron su objetivo de independencia con la lucha armada. Ahora se presentan a las elecciones.

-¿El Yihadismo ha cambiado el modo de trabajar?

-ETA tenía unas pautas de comportamiento que conocíamos. El Yihadismo es otra forma de entender el terrorismo. No sabemos a qué nos enfrentamos. Tienen un modo de operar: suicida, van a darlo todo para hacer el mayor daño posible. En España estamos en alerta 4 de 5 de terrorismo. Hay grupos operativos que están preparando algo.