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Russ Manning fue uno de los mejores autores de Tarzán.

Clásicos del siglo pasado

Títulos imprescindibles que regresan con ediciones de cuidada factura

yexus

Domingo, 3 de abril 2016, 08:57

La historia de cualquier medio se construye en base a sus mayores logros, aquellos que permanecen en el tiempo y fundamentan los pasos a seguir por las sucesivas generaciones de creadores. Por ello son tan necesarias ediciones como las siguientes, que apelan a la memoria y recuperan dignamente algunas de las obras más clásicas. Generalmente se trata de recopilaciones en volúmenes antológicos, bien editados y con material extra, que básicamente están dirigidos a los coleccionistas pero también son perfectos para el neófito que desea introducirse en el medio y disfrutar de sus clásicos más relevantes.

En este sentido, pocos personajes habrá más clásicos que Tarzán, incesantemente trasladado a las viñetas desde los años 20, tanto en las tiras de prensa como en formato comic-book en Norteamérica. Russ Manning es uno de los mejores autores que ha frecuentado al personaje en ambos medios y ahora una edición cuidadosamente restaurada recupera las páginas originales de los periódicos publicadas entre 1967 y 1979.

Otro de los más populares personajes nacidos en la prensa es Charlie Brown, el niño protagonista de Peanuts de quien se acaba de estrenar un nuevo filme de animación. Bautizado en España como Carlitos, originalmente fue publicado en más de 2.600 periódicos, para unos 355 millones de lectores de 75 países, y sus licencias convirtieron al autor en una de las mayores fortunas de su país. La magistral obra de Charles Schulz continúa editándose en cuidados tomos recopilatorios.

Sin salir del ámbito estadounidense, también resulta bienvenido el libro que rescata y reúne las mejores obras del genial Alex Toth realizadas para la mítica editorial Warren. Un autor de culto, quizá más apreciado por sus colegas que por el gran público, cuyo trabajo en este volumen se interna en los terrenos del miedo.

La vieja Europa

Volviendo a Europa, está claro que uno de los mejores western jamás producidos es Teniente Blueberry, creado en 1963 por el guionista Charlier y el célebre dibujante Giraud antes de convertirse en Moebius. El indisciplinado y rebelde oficial de caballería se ha publicado hasta 2007 y sus álbumes comienzan a ser recopilados en volúmenes integrales que aportan abundante material extra.

Otra creación imprescindible, ahora dentro del panorama español, es el delincuente Makinavaja creado por Ivá (Ramón Tosas) para la revista El Jueves en 1986. Al cabo de ocho años e innumerables reediciones, sus peripecias barriobajeras le convirtieron en un popularísimo personaje que ha sido objeto de películas, series televisivas y una obra de teatro, siendo sus páginas debidamente recuperadas en una colección de libros de carácter cronológico.

Al detalle

Dos volúmenes primorosamente editados recogen hasta la fecha otros tantos años de permanencia de Manning en las tiras de prensa de Tarzán. Concretamente las páginas dominicales publicadas a color desde 1967, formato que permite al veterano autor el máximo lucimiento gráfico. Las aventuras del Hombre Mono, con su compañera Jane y su hijo Korak, recuperan el esplendor de antaño en estas viñetas donde palpita no solo el misterio de la jungla y sus salvajes pobladores sino el atractivo de ciudades fabulosas, con razas perdidas de brutales antropoides y exóticas féminas. Todo con un estilo clasicista, limpio y elegante que devuelve la grandeza a uno de los más clásicos personajes de todos los tiempos.

Continúa la recopilación cronológica de esta obra maestra que apareció en la prensa norteamericana durante 50 años ininterrumpidamente bajo el título de Peanuts. El inseguro Carlitos, prototipo del eterno perdedor, encabeza un elenco de complejas personalidades infantiles que personifican las neurosis del mundo adulto. Schulz emplea una línea sintética, casi minimalista, y un humor sofisticado, basado en el diálogo y la interacción de los protagonistas: la dominante Lucy, la ingenua Sally, el hipocondriaco Linus, el megalómano Schroeder Mención aparte merece la mascota de Carlitos, el perro Snoopy, una criatura escéptica, ingeniosa y arrogante que ya se ha convertido en un icono multitudinario.

Un cuidado volumen reúne todos los trabajos que el artista norteamericano realizó para los magazines de horror de la editorial Warren, los ya míticos Eeerie y Creepy. Toth dibujó series de muy diversos géneros desde los años 40 y destacó en títulos como Bravo for Adventure y El Zorro, además de la animación televisiva. El presente libro consta de 21 historias en blanco y negro, publicadas entre 1965 y 1982 en las dos revistas mencionadas. La mayoría de los guiones son obra de Archie Goodwin, aunque también intervienen autores como Steve Skeates, Bill Dubay o Doug Moench. El dibujante recurre a diferentes técnicas pero siempre demuestra un exquisito sentido de la elegancia y la síntesis.

Un tomo integral recopila los tres primeros álbumes de este western imprescindible nacido en 1963. Es el inicio del primer ciclo protagonizado por un teniente de caballería destinado a Fort Navajo e inmerso en un explosivo conflicto que involucra a diversas tribus apaches. Charlier presentaba a un militar escéptico y socarrón que cuestionaba las órdenes de sus superiores y defendía la dignidad de los indios. Mientras que Giraud ya era una firme promesa, con su dibujo vigoroso y su descripción de personajes y escenarios reminiscentes de John Ford y Howard Hawks.

El volumen incluye abundantes extras, en forma de artículos, testimonios, diversas páginas inéditas e incluso parte de un guion original.

Pragmático pero idealista, Makinavaja representa un tipo de quinquis a extinguir. Fue publicado de 1986 a 1994 y el estilo descarnado y tragicómico de Ivá le otorgó una popularidad que le convirtió en un personaje multimedia. Delincuente que frecuenta los bajos fondos barceloneses, se considera el último choriso y se mueve entre una fauna urbana tan desopilante como degarradoramente realista: Popeye, el Moromierda, el Abuelo o el Pirata, dueño del bar donde se reúne el reparto. El dibujo vigoroso, feísta, y de un caricaturesco extremo, se combina con el empleo de una hilarante jerga propia del lumpen para narrar unas aventuras desorbitadas pero fuertemente ancladas a la realidad del momento.

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