Nacho Novo: «Hay que apostar por el 'Teatromascope'»

Iba para médico, pero Nancho Novo (La Coruña, 1958) acabó convirtiéndose en un artista polifacético que saltó a la fama como actor con Julio Medem, con quien rodó 'La ardilla roja', 'Tierra' y 'Los amantes del circulo polar'. En los últimos años además de trabajar en cine y en televisión se ha centrado en el teatro y ha participado en más de 30 obras. Es autor y director de casi una decena de ellas. Uno de sus últimos trabajos ha sido la adaptación de la película 'Ben-Hur' a la escena. Una obra, bajo el sello de Yllana, que se representará hoy, sábado, en el Teatro Municipal de Concha Espina de Torrelavega y que está llena de humor y sorpresas. Una obra «sorprendente» con la que nace el género del 'Teatromascope', una puesta en escena en la que actores interactúan con las imágenes que se proyectan en una pantalla.

-Un espectáculo muy sorprendente. Tanto a nivel de concepto como escénico. Es una obra muy divertida en la que el público va a ver 'Ben-Hur' con todos los elementos que conoce de la película, pero llevados al humor y con alguna que otra sorpresa que se desvelará en la función.

-Tengo que reconocer que no fue una idea mía. Me llamaron desde Yllana para hacer la adaptación y acepté encantado claro.

-Cuando estábamos trabajando en la obra y analizando cómo podíamos llevarla a cabo, una de las reflexiones a las que llegamos fue que los personajes femeninos en la película aparecen y desaparecen como si fueran sacados de la chistera de un mago. Nos llegó a obsesionar un poco el papel que desempeñaba la mujer en la literatura más antigua. Así que decidimos que las de nuestro 'Ben-Hur' se rebelan contra el destino de ser meras comparsas y exigen tener un papel más preponderante.

-No es la primera vez que hago una obra como dramaturgo, pero lo que no había hecho nunca es una obra en plan casi creación colectiva. No es una obra mía únicamente pues íbamos haciendo una puesta en común con Yllana y entre todos íbamos pergeñando los pasos a seguir y por donde queríamos llevar el espectáculo. Para mí ha sido un trabajo muy muy pero que muy duro, pero también gratificante porque me ha permitido aprender un montón. He estado casi un año trabajando en el texto y dándole forma. No es fácil hacer una comedia con 'Ben-Hur', aunque al final, tirando de los hilos siempre se encuentran cosas.

-Lo que es difícil es coger una obra puramente dramática y con un fuerte tinte religioso como 'Ben Hur', porque la idea del autor de la novela -el general Lewis Wallace- era hacer una apología de Jesucristo, y contar todo eso en clave de humor. Ese era el principal reto. Pero no era el único, para mí también lo era trabajar con Yllana, un grupo que trabaja mucho y bien la parte gestual, para hacer una obra más textual. Esos fueron los dos desafíos a los que nos enfrentamos y creo que los hemos resuelto bien.

-Pues de momento no he recibido ninguna llamada. Pero si tienes contactos con ellos y puedes hacer que me llamen estaré encantado.

-Me parece que las grandes plataformas son una mayor competencia para el cine. La gente del teatro vivimos en nuestro cascarón de nuez y hay nos bandeamos. El teatro siempre ha estado en crisis. Lo sigue estando, pero creo que nos manejamos bien. Incluso te diría que mejor que otras manifestaciones artísticas. De verdad que no creo que estas plataformas sean competencia para el teatro que, como siempre, vive a otra bola. Aunque al cine sí que le está haciendo cambiar las fórmulas.

-Claro. Debe evolucionar con los tiempos. De hecho 'Ben-Hur' es una apuesta muy fuerte en ese sentido. Nosotros lo llamamos 'Teatromascope', que es una cosa muy bonita, muy impactante y muy novedosa. Creo que está bien adaptar todo tipo de tecnologías al teatro, que obviamente no puede vivir de espaldas a ellas, siempre y cuando las usemos para potenciar la teatralidad, porque hay veces que lo audiovisual se come lo que es el teatro, pero creo que en este espectáculo está muy bien compaginado.

-Es una puesta en escena en la que se mezclan las imágenes proyectadas en pantallas muy grandes de forma que los actores interactúan con lo que pasa en ellas. En esta obra esta hecho de una forma muy ingeniosa, muy bien resuelta y con gran bagaje técnico. Hay que apostar más por el 'Teatromascope'.

-No, que va, no sé hacer la o con un canuto. La habilidad manual no es lo mío. Ni tampoco la de bailar.

-Llegamos a sacar dos ediciones de 'Despertar' lo que me hace muy feliz y me consta que, en general, a la gente que la ha leído le ha gustado mucho. Está mal que yo diga pero eso es lo que me llega.

-Sí, sí. Ahora mismo estoy escribiendo otra. Voy despacito porque tengo niños pequeños y me cuesta más sacar tiempo. Pero en los ratos libres me pongo a ello y con ganas además. ¿Qué cuanto tardaré? Pues no lo sé, creo que más tiempo que con la anterior, porque tengo que compaginarla con mi trabajo. Ten en cuenta que sigo haciendo teatro.

-Sí y me reitero. En ese sentido se me puede llamar cuentista. A veces son cuentos de otros, otras propios y una veces los dirijo y otra los interpreto. Me gusta vivir del cuento.

-Estoy terminando mi enésima temporada de 'Cavernícola' y cuando acabe tengo unas ofertas de teatro muy interesantes. Ya sabes como somos los actores para estas cosas y tengo por ahí una oferta de cine de la que prefiero no hablar mucho por si acaso. Estoy contento y feliz y criando a mis hijos que es lo más importante.