«El arte tiene que provocar y hacer pensar porque si no está muerto»

-¿Qué visión del mito de Edipo nos muestra en su obra?

-Como todos los mitos clásicos, que siguen lanzándonos un montó de preguntas, hay mil aspectos que subrayar de Edipo. Entre todas ellos en esta reescritura, porque esta historia no es original de nadie e incluso Sófocles la escribió basándose en un argumento que ya existía, yo me centro en la gran distancia que hay entre los antiguos dirigentes políticos que se sacrificaban por la sociedad y los actuales, que en cambio, sacrifican a la gente en su beneficio.

-¿Podría poner algún ejemplo?

-Pues sin ir más lejos, ahí tenemos el de Juan Carlos I. Edipo también es un rey como él, pero decide sacrificar sus privilegios a favor de su pueblo, mientras que el rey emérito lo que ha hecho es todo lo contrario. Hablo del rey como máximo exponente, pero de ahí para abajo, todos los políticos son iguales.

-Siempre se ha dicho que el mito de Edipo es lo contrario a una historia exitosa del yo; que es el descubrimiento de que el saber conduce al fracaso. ¿Lo cree?.

-También. Edipo tiene eso que te acabo de contar, eso que tú dices y mil cosas más. Las que rescatamos, sobre todo, son las diferencias que hay entre los dirigentes políticos del pasado y los de ahora. Fíjate que los indios mayas tenían un juego en el que los perdedores le cortaban la cabeza al capitán del equipo ganador. Entonces perder era ganar y dimitir o sacrificar sus privilegios era ganar. Hoy en día como sabes es todo lo contrario. De hecho la gente no da su brazo a torcer e incluso huye del país como ha hecho el emérito.

-Yo no soy dirigente política, pero le reconozco que me parece complicado entender eso de que para ganar haya que perder.

-Bueno, pues eso es dimitir. ¿Qué es si no? Dimitir es perder para poder ganar. Es poner tu honor, tu dignidad y tu integridad por encima de tu sueldo. Por eso perder es ganar, porque perderás tu dinero, pero ganarás todo lo demás. Ahora, explícale esto a un dirigente político. Yo al menos así lo entiendo y lo práctico. No hace nada que me acabo de pegar un tiro en el pie con todo lo que ha pasado con mi obra sobre Teresa de Jesús. He sacrificado mi trabajo por algo mucho más noble como es la libertad de expresión, por cierto, uno de los pilares de la democracia, pero eso no da de comer.

-Entre las reflexiones que marcan la obra 'Edipo. A través de las llamas' está la del afán de los jóvenes por ser famosos y conseguir cada vez más seguidores en las redes sociales por encima de otras cosas. ¿Hemos fracasado como sociedad?

-La verdad es que los jóvenes siguen la misma dinámica que el resto del mundo. Vuelvo a Santa Teresa que dijo una frase maravillosa que decía algo así como que para conseguirlo todo hay que perderlo todo. Quizás el verdadero triunfador es el que renuncia a los 'likes' o incluso el que se va de las redes aunque para el resto de la gente sea el que pierde. Piensa en Marilyn Monroe que pese a su fama estaba sola o en Pepa Flores, Marisol, que cuando renunció a todo fue cuando logró ganar.

-¿En la sociedad actual existen los héroes?

-Cada vez quedan menos y los que estarían obligados a serlo, y vuelvo a los dirigentes políticos, no dan ningún ejemplo. Y ellos deberían de hacerlo, la sociedad civil no tiene por qué.

-¿Para usted lo fue Teresa de Jesús?

-En su momento fue una persona absolutamente incómoda y antisistema que se enfrentó a la hipocresía de la Iglesia. Cuando llegó, las demás monjas pidieron su ingreso en la cárcel porque una de las primeras cosas que hizo fue quitar los privilegios de los conventos que en su época eran una especie de colegio mayor de las niñas pijas de Castilla que salían los fines de semana para ver a sus novios y tenían criadas.

-¿Que pasó con su obra? Porque iba a estrenar 'Muero porque no muero' en los Teatros del Canal y finalmente la quitaron de la programación.

-Ganamos un concurso para hacer la producción y hasta nos dieron un dinero que después, en un despacho de la Comunidad de Madrid, echaron abajo. Eso fue tres días antes de presentar la programación y por encima del criterio de la directora artística del teatro, Blanca Li, que lleva más de cinco meses callada y sin hablar. La Comunidad de Madrid dio unas explicaciones tan débiles de los motivos de esta cancelación, que muchas instituciones han intervenido a mi favor y lo han calificado como lo que es, censura.

-¿Tiene esperanzas en poder representarla en algún momento?

-En los Teatros del Canal no se va a representar nunca.

-¿Y en otros?

-Si algún teatro nos llama y la produce, por supuesto. Pero también tengo que decirte que en estos cinco meses nadie nos ha llamado interesándose por ella.

-¿Se considera un dramaturgo irreverente como se llegó a decir de usted?

-¿Irreverente? Si se entiende como alguien provocador igual sí, porque soy de los que creo que un arte que no provoca es un arte muerto. Me dedico a esto para provocar preguntas y hacer reflexionar a la gente.