Quien ríe el último
Cinesa, Yelmo y Ocine ·
Despoja unas cosas, suma otras y como en las mejores propuestas de la psicodelia funde lo espeluznante y lo demoniaco. Secuela de excesos con actriz dentroPrimero la película. Luego ya llegarán las redes. Y esas maldiciones virales. Lo cierto es que no se ha hecho esperar la secuela de un ... filme que impactó a algunos, sorprendió a otros y logró enganchar pese a ser claramente un trasunto de varias sagas basadas en la reiteración machacona, pero terrorífica y perturbadora de miedos muy físicos y alteraciones de la realidad a través de distorsiones visuales.
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Año 2024
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País Estados Unidos
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Dirección y guion Parker Finn
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Reparto Naomi Scott, Kyle Gallner, Rosemarie Dewitt, Miles Gutierrez-Riley
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Género Terror
Lo cierto es que en lo básico la secuela no aporta nada especial, al margen de sumar incidencias, potenciar el ritmo y jugar con el ilusionismo y las fracturas entre planos diferentes de la realidad. No obstante, hay elementos notables: las muy conseguidas situaciones límite, o la importancia de tener una actriz que se entrega en un ejercicio descomunal. El cineasta Parker Finn repite en la dirección y quizá sea la mejor decisión. Despoja una cosas, suma otras y como en las mejores propuestas de la psicodelia funde, a través del trabajo de Naomi Scott, lo espeluznante, lo demoníaco y el fenómeno musical vinculado a las drogas.
En semejante terreno pantanoso hay que decir que Finn se mueve con cierta soltura. La sonrisa, generalmente asociada a otras sensaciones, sigue ejerciendo de sherpa perturbador, de vehículo de extrañeza en busca del escalofrío. Los traumas, la confusión, la vida al límite, o sea, sobre la cuerda floja con rostro de muerte, constituyen el magma que discurre entre la sonrisa y la mueca, entre reír a destiempo y mostrar un gesto que parece pertenecer a otro mundo. De la modestia y la falta de pretensiones de la película madre se ha pasado aquí a cierto derroche. En lo malo, sigue siendo igual de efectista la primera que la segunda. En lo bueno, hay un guion más trabajado, más fe en lo visual y un esmero en generar una atmósfera particular, ley de cualquier biblia del terror. Clara derivación de 'The Ring', lo que diferencia a 'Smile' es su agresivo punto final, su impresión nihilista. No hay máscara, en realidad no hay contorneo. Lo sobrenatural y la imagen construida en lo virtual, a través del personaje de una cantante, propician el delirio. Ya no hay sorpresa, lógicamente, y la apuesta es más de textura técnica y artística, y excesos. La risa macabra ha perdido pureza. Para compensar Finn echa mano de hipérboles y acumulación. El que ríe el último...Bueno, habrá un 'Smile 3' y habrá que recurrir a una carcajada delirante.
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