«La literatura ayuda a ser más justos y a pensar el mundo de otra manera»

-¿Cómo es 'Tokio', la novela con la que ha ganado esta edición del Premio Tristana?

-Es una novela que parte de la ausencia inexplicable de la pareja del protagonista, que es el narrador de la historia. A la desaparición de la mujer, se suma la desaparición del nombre de ella, aparentemente, de la memoria colectiva del mundo. El nombre (María) ha sido reemplazado por la palabra 'Tokio'. El desarrollo de la novela es la búsqueda, infructuosa, del protagonista, para dar con el paradero de María, y con la posibilidad de recuperar su nombre.

-¿Cuáles cree que son los atributos que ha valorado un jurado tan destacado?

-Me cuesta un poco pensar en los posibles atributos de mi propio trabajo. Pero por las noticias que fui leyendo, y, principalmente, la de este medio, veo que se valoró el argumento, el clima general, la empatía que el personaje produce en el ánimo del lector, la multiplicidad de interpretaciones que quizás permite la lectura. Por último, Juan Manuel de Prada destaca que podría tratarse de una novela sobre el lenguaje y la imposibilidad de comunicarnos, lectura con la que coincido.

-¿Qué supone para usted haber logrado este reconocimiento?

-Ante todo, una alegría inmensa. Un espaldarazo para seguir escribiendo y trabajando sobre la literatura. España es un país que quiero mucho por diferentes motivos: su geografía, la cultura, la comida, la gente, el Camino de Santiago (lo hice dos veces). Siempre que puedo vuelvo a España. Es, para mí, como ir a la casa de la abuela. Así que haber sido premiado en España, que un libro mío vaya a publicarse allí, es, además de todo lo anterior, una forma de devolver a ese país tan querido tantas cosas lindas que me ha dado.

-¿Por qué 'Tokio', siendo una historia de amor, se enmarca en el género fantástico?

-Siempre me enfoqué en el género fantástico. Mis primeros cuatro libros son de cuentos y exploran lo fantástico, o extraño, con algunas excepciones (pocas) que van hacia el realismo. 'Tokio' sería la conjunción de esos dos elementos. Va a ser mi primera novela fantástica en ser publicada. El género fantástico me encanta como lector. Me atrae más pensar el mundo desde una propuesta fantástica que realista o de ciencia ficción. En 'Tokio' ocurre que la desaparición de María está teñida de elementos fantásticos. No parece ser una desaparición que pueda desentrañarse con explicaciones 'de este mundo'. Hay algo metafísico que la trasciende.

-¿Cómo surgió y se ha desarrollado su vocación de escritor

-Empecé a escribir a partir de 1997, después de la muerte de mi padre. De alguna manera, como una suerte de búsqueda, de él o de tratar de entender lo que nos había pasado. Tenía 24 años, tenía una hermana chica, fue un proceso muy difícil y creo que empecé a escribir por eso. En 2007 participé en un premio literario en Ecuador, quedé finalista y se publicó. Creo que un poco de todo eso me ayudó a empezar a pensar la literatura de otra manera, más allá de mi inclinación natural para escribir. Pero fue un proceso fortuito. Algo de lo que me fui enamorando en el camino.

-¿Quiénes son sus referentes literarios?

-Sólo por citar algunos, o los que llegaron a mí de manera especial, en momentos tempranos o importantes como lector: Borges, Kafka, Poe, Onetti, Levrero, Silvina Ocampo, Armonía Somers, Fabián Casas, Saer o Marcelo Cohen.

-¿Por qué es importante la literatura? ¿Qué aporta a las personas y a la sociedad?

-La literatura ayuda a pensar el mundo de otra manera. Leer nos hace diferentes. Nos mejora, aun de manera imperceptible. Cuando un libro te interpela, sales modificado de esa lectura. Leer debería colaborar para que seamos más tolerantes, más justos, más pacíficos, más inteligentes: las sociedades modernas han tejido tramas muy sutiles en las que muchas veces no nos damos cuenta que estamos atrapados. Creo que leer ayuda a disipar, a divisar, a entrever, un poco o parte de esa red.

-En su caso, ¿cómo le ha afectado la pandemia?

-Desde el punto de vista personal, creo que más o menos como a todos. El encierro por la cuarentena, el temor al contagio, la incertidumbre en la que empezamos a vivir, las dificultades para moverte, dejar de ver a tu familia y a tus amigos. Creo que todos fuimos arrancados de nuestras vidas. Al menos yo siento eso. Desde el punto de vista profesional, sin embargo, pude aprovechar para escribir una cantidad enorme de textos nuevos.

-El nombre del premio viene de una novela de Benito Pérez-Galdós. ¿Cómo valora su figura?

-Leí a Galdós por primera vez a los 14 años. 'Marianela'. Me lo dieron a leer en el colegio. En ese momento me pareció un libro difícil para un chico. No entendí mucho pero siempre conservé imágenes potentes de la novela. De mayor volví sobre el libro y recuperé esas imágenes. Poco a poco fui consiguiendo y leyendo su obra. Tengo gran parte de ella, en libros dispersos y en tomos enormes, hermosos, de la editorial Aguilar, tapas azules y papel biblia. En mi opinión, es un autor fundamental para toda la literatura de habla hispana.