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Paloma San Basilio, ayer en el Palacio de Festivales donde contó detalles de la obra. Roberto Ruiz

«El quijotismo es la forma universal de sentir que se puede hacer algo bueno en la vida»

Paloma San Basilio estrena hoy en el Palacio de Festivales 'Dulcinea', la nueva obra de Juan Carlos Rubio que reivindica «el derecho a ser mujer y sentir»

Rosa M. Ruiz

Santander

Viernes, 21 de noviembre 2025, 01:00

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A punto de cumplir 75 años, lo hará mañana en el escenario de la Sala Pereda del Palacio de Festivales, Paloma San Basilio considera que este país «necesita más Quijotas, Quijotes y Quijotos», pues «el quijotismo es una forma universal de sentir que se puede hacer algo mejor en el espacio de toda la vida». También cree la cantante y actriz que eso, intentar mejorar la vida, «es una responsabilidad colectiva e individual» y que «si el individuo no actúa, la sociedad como tal se va resentir». Así lo explicó ayer durante la presentación de 'Dulcinea', una obra de teatro musical escrita y dirigida por Juan Carlos Rubio que se estrena en Santander con dos funciones, la de hoy viernes y otra mañana sábado. Ambas a las 19.30 horas.

En la presentación, en la que además de director y actriz estaban el director musical Julio Awad y la directora artística del Palacio de Festivales Isabel Ibarra, Paloma San Basilio comenzó recordando al músico cántabro Juan Carlos Calderón y aquellas llamadas que este la hacía de madrugada cuando trabajaban juntos, y ya metida en confidencias también reconoció que aceptó protagonizar 'Dulcinea', con los consiguientes dos años de gira por España, cuando ni siquiera estaba escrito el texto. Pero es que ella, según afirma, se considera feliz en un escenario en el que además de cantar pueda interpretar de ahí que el género musical sea en el que mejor se siente. «Hacer 'Evita' me cambió la vida», reconoció.

En víspera de su cumpleaños, San Basilio afirmó que se siente «como un ser en formación y en remodelación constante». «Después de tres cuartos se siglo, que se dice pronto, es que no me pesa nada, siento que los años han sido como un aire que me ha permitido seguir volando durante todo este tiempo».

El personaje que interpreta en esta obra además supone para la artista un gran reto. Ella, que durante años representó a Aldonza, -que era como en verdad se llamaba Dulcinea- en el musical 'El hombre de La Mancha' con José Sacristán, se mete ahora en la piel de un personaje al que «por fin» se le escucha hablar, al que Juan Carlos Rubio le ha puesto voz y a una Dulcinea que, en palabras de la actriz, «está al otro lado del espejo y es una especie de 'Alicia en el país de las maravillas' que se mete en el árbol y aparece en otro sitio».

Según destacó «lo bonito» de este relato es que Dulcinea es «de carne y hueso». Así, «a veces es frágil y habla desde su propia voz», otras es «muy juguetona y se presta al juego de la mujer florero, que supone que es ideal pero que no sabe realmente en qué consiste»; y a partir de ahí comienza una evolución en la que aparecen «las voces de Dulcinea», que corresponden a textos de Cervantes y Unamuno, en las que «necesita reivindicar su derecho a ser una mujer y sentir».

La Dulcinea que describe Juan Carlos Rubio y que siempre estuvo pensada para Paloma San Basilio es una mujer que además, en un momento de la obra, le increpa a Don Quijote por qué nunca la confesó sus sentimientos y, sobre todo, le pide que vuelva, que regrese porque hacen faltan muchos quijotes en la vida. De esta forma, en este texto tal y como indicó hay «una valentía», en la que «la mujer tiene voz, se enfada cuando ve que se la trata de una manera injusta o cuando la llaman furcia cuando no lo es».

San Basilio también destacó que en el espectáculo se juega con el piano y con la voz y «todo es muy de verdad, muy desnudo». Algo que encuentra muy necesario en el mundo actual donde hay «tanto ruido que recuperar esa verdad escénica es una conquista a las nuevas tecnologías y, sobre todo, un acto de libertad y de valentía».

También aseguró que ella es una de esas mujeres que cree «más en el individuo» que en la propia sociedad porque «somos los que mueven las cosas». «No tenemos que difuminarnos tanto en la masa; la globalización no significa borrar las diferencias, borrar las intenciones y responsabilidades individuales», defendió

Para Juan Carlos Rubio en el que ya es su cuarto estreno en Santander y en el Palacio de Festivales tras 'Música para Hitler' -este mismo año- 'El novio de España' y 'El inconveniente', la obra de Cervantes se caracteriza fundamentalmente por una «profunda sabiduría» cuyas palabras ha trasladado al texto. La obra «empieza de una manera» pero tiene «giros», anunció.

También aseguró que en una lectura reciente de 'El Quijote' comprobó que ni Dulcinea, esa mujer idealizada por el caballero andante, ni Aldonza que era la mujer real detrás de ese imagen hablan una sola palabra en el libro de Cervantes que, sin embargo, sí le da un monólogo a Marcela, otro personaje, defendiendo la libertad de la mujer. En ese sentido y sobre todo en aquel momento, el siglo XVIII, aquellas palabras en las que una mujer defendía «su derecho a amar a quien se quiera amar» fueron algo completamente novedoso y valiente. Lamenta, sin embargo, la escasez de referentes femeninos en la literatura de entonces y por eso con esta 'Dulcinea' reivindica «seguir defendiendo un ideal, entendiendo ese ideal como una ética y una moral de vivir». De ahí, que en su monólogo final Rubio se nutra de las reflexiones de Unamuno sobre 'El Quijote'.

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