«Los textos clásicos son un sitio al que volver siempre que uno tiene dudas»
Hoy presenta en el Teatro Concha Espina de Torrelavega 'El caballero de Olmedo', de Lope de Vega Eduardo Vasco Dramaturgo y director teatral
Eduardo Vasco (Madrid, 1968) conoce como pocos el Siglo de Oro español. Hoy presenta en el Teatro Concha Espina de Torrelavega 'El caballero de Olmedo', ... con la compañía Noviembre Teatro y Daniel Albaladejo en el papel protagonista (20.30 horas). Considerado uno de los grandes directores de la escena, eligió a su primer Lope de Vega en 1994. Fue 'La bella Aurora'. Tras unos años centrado en Shakespeare, se reencuentra con Lope a través de Don Alonso, un personaje que le fascina desde el bachillerato.
–¿Qué le atrajo del texto 'El caballero de Olmedo'?
–Es uno de los grandes textos de la literatura del Siglo de Oro, de la literatura dramática y de Lope de Vega. Lo leí en el instituto y es de estas primeras lecturas que te gustan mucho porque a esa edad te interesan los conflictos amorosos y el destino. Es un texto cargado de una poética maravillosa y una historia estupenda con componentes celestinescos.
–Don Alonso es un personaje que siempre le intrigó ¿por qué?
–Es el hombre predestinado a un final trágico y todos los héroes de tragedia llaman mucho la atención. Es un personaje muy español con todos los boletos para triunfar y asesinado por la envidia, uno de esos males que nos caracterizan tanto. Yo lo llamo más desprecio que envidia porque es una manera de no reconocer los méritos y, a la vez, hacer desaparecer de un plumazo a quien los tiene.
–Ha dirigido varias obras de Lope de Vega, ¿qué es lo que más le gusta de este dramaturgo?
–Hay dos cosas, la historia, común a todos los dramaturgos del Siglo de Oro, y su versificación tan natural y bella. Su verso es cercano, es fácil identificarse con su verso y su lenguaje, con su manera de entender el mundo. Es un poeta muy sencillo.
–También ha adaptado el texto, ¿qué sentido quería darle?
–Nosotros somos amantes de los clásicos y no nos gusta deformarlos en exceso. Las adaptaciones son muy de cara al público. Mi interés está en contar la historia de Lope de Vega no una nueva.
–'El caballero de Olmedo' es una de las obras más representadas, ¿a qué se debe?
–Es una gran obra que, en cada momento, encuentra algo diferente. Es de una belleza increíble.
–¿Qué tienen de especial los clásicos para usted?
–Yo me he criado entre los clásicos. Estuve muchos años vinculado a la Compañía Nacional de Teatro Clásico y tengo un lado muy vinculado a ellos. Los textos clásicos es un sitio donde volver siempre que uno tiene dudas.
–¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?
–Vamos a estrenar esta semana 'Entre bobos anda el juego', de Rojas Zorilla.
–¿Cómo comenzó su relación con el teatro?
–Fue en el colegio, en EGB, donde se hacía teatro. Conozco a muchos actores y directores que empezaron en estas edades y luego se quedaron envenenados por este arte. Se contagiaron de tal manera que acabaron dedicándose a ello. El teatro me tocó y me hice adicto.
–¿Y qué le ha enseñado el teatro?
–Me gusta pensar que el teatro me ha hecho mejor persona.
–¿Qué obra sueña con dirigir?
–Ahora mismo estoy más volcado en escribir. Trabajo en una reflexión sobre el oficio porque tenemos muchas cosas que decir y voy a intentar plasmarlo en una obra de teatro.
–Hablando del oficio, ¿cómo está el panorama, goza de buena salud?
–Estamos en un momento estupendo. Hay gente nueva haciendo cosas muy interesantes. Lo peor que ocurre en el teatro es cuando los políticos interfieren en su quehacer. El resto siempre suele ir fenomenal. Estamos en un momento muy creativo.
–¿Qué ingredientes debe tener un buen montaje teatral?
–Tiene que decir algo y que llegue al espectador.
–¿Qué le pide a un actor?
–Honestidad. Es importante que no frivolice, esté comprometido con su trabajo y con el público.
–¿Y a un director?
– La objetividad es una de las mayores virtudes de los directores, porque así consigues que tu mensaje y la belleza que intentas transmitir llegue de manera más clara y menos contaminada por tus fantasías.
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