«El trabajo de montador es invisible incluso dentro del gremio del cine»
La cántabra, responsable del montaje de 'El buen patrón', reivindica un trabajo que incluso «puede salvar una mala interpretación»
Vanessa Marimbert (Santander, 1972) aceptó el montaje de la película 'El buen patrón' de Fernando León de Aranoa como un reto que el sábado pasado ... fue recompensado con un premio Goya. Un galardón que no esperaba porque según dice «parece imposible que te vaya a pasar una cosa así». La cántabra, que dejó el periodismo para dedicarse al mundo audiovisual que vivió desde pequeña en casa está doblemente feliz por el Premio y deseando volver a su casa santanderina para celebrarlo con sus padres y sus amigas «de toda la vida».
-Aparte de la alegría del Premio, ¿qué otros recuerdos atesora de la gala de los Goya?
-Aparte del premio, el recuerdo más bonito que tengo de la gala es el de haber desfilado por la alfombra roja con mis compañeros de nominación. Quedamos expresamente para llegar juntos y mostrar que entre nosotros no existe la competitividad, al menos en el mal sentido. Los tres montadores que estuvimos en la gala, el cuarto no fue porque está fuera de España, pertenecemos a la misma asociación que se creó hace tres años para difundir nuestra labor. Tenemos una gran relación.
«Mi padre, Alejandro Trinchant, tenía una pequeña productora en Santander y ahí es donde me entró el gusanillo por el trabajo audiovisual »
LA VOCACIÓN
«Mario Camus, gracias al que pude entrar en este mundo. Y Carlos Saura con el que es un privilegio trabajar »
SUS MAESTROS
-El de montador del cine no es un oficio muy conocido. ¿Cómo llegó a él?
-Fue mi padre -Alejandro Trinchant- el que me metió el gusanillo por lo audiovisual. El tenía una pequeña productora en Santander especializada en documentales, sobre todo patrimoniales. El caso es que crecí en ese mundo y eso me llevó a estudiar Periodismo cuando acabé el instituto. Ya acabando la carrera tuve la oportunidad de hacer un Erasmus en Bélgica en el que estudié solo cine y ya a mi vuelta, recién licenciada, decidí presentarme a las pruebas para entrar en la Escuela de Cine.
-¿Qué recuerda de esa etapa?
-En aquella época entrábamos en la Escuela solo cinco personas por especialidad y para mí fue como una lotería que cambió mi vida. Tengo que reconocer que la Fundación Botín y Mario Camus fueron fundamentales para que llegara hasta aquí.
-¿En qué sentido?
-La Fundación Botín me concedió una beca que me permitió costearme gran parte de los gastos que me ocasionaban vivir en Madrid y para obtener esa beca necesitaba una carta de recomendación de alguien relacionado con el cine y yo no conocía a nadie. Le eché coraje y me atreví a llamar a Mario Camus que fue tan generoso y maravilloso que, además de recibirme en su casa, me escribió esa carta. Nunca olvidaré ese gran gesto por parte del que ya era un gran cineasta.
-Pese a que se le conceda un Goya, ¿el oficio de montador es tan visible como el resto de los que rodean una película?
-No. Es bastante invisible dentro del resto de categorías e incluso dentro del gremio y eso pese a que la gente que de verdad sabe de cine, que suelen ser los directores, sí quieren que alguien aprenda de cine les recomiendan que vayan a montaje que es donde realmente se hacen las películas. Por eso nació AMAE (Asociación de Montadores Audiovisales de España) para dar visibilidad a una profesión que es importantísima para el acabado de los productos audiovisuales y, sin embargo, es la gran desconocida porque al final el público se queda con los que hacen la banda sonora o los directores de fotografía, pero a día de hoy, a mí la gente me sigue preguntado que qué es lo que hago.
-¿Y cómo les responde? ¿Qué es lo que hace?
-En cine, a la par que el director va rodando las escenas yo voy montando la película. Eso quiere decir que los montadores tenemos una gran responsabilidad porque trabajamos solos con la idea de la película que nos ha transmitido el director. Una vez que acaba el rodaje es cuando nos juntamos, pero normalmente ya le presentamos la película montada.
-Entonces tiene un gran poder de decisión.
-Sí, claro. Nuestro poder de decisión es bastante grande, en cuanto a las tomas que rodaje que se eligen. Se suele decir, que un buen montador puede salvar a un mal actor, porque nosotros hacemos una construcción del personaje cogiendo un trozo de aquí y un trozo de allá, o una toma de audio determinada. Seleccionando solamente lo bueno de la cantidad ingente de material que llega puedes salvar la interpretación de un actor. Bueno, y también te la puedes cargar si no eres buen montador.
-¿Cómo fue el montaje de 'El buen patrón?
-Fue un reto porque era la primera vez que trabajaba con Fernando León de Aranoa. Ha sido un trabajo muy intenso pero del que he quedado muy contenta.
-¿Se ha planteado alguno vez ir a trabajar a Hollywood?
-No, ni tampoco ha surgido la posibilidad, pero de todas las formas en Hollywood el cine está mucho más compartimentado, aquí en España puedes trabajar en todo tipo de proyectos y es más fácil saltar de un tipo de película a otra. Allí por lo que me cuentan no es así.
-Los actores y directores son muy críticos con respecto a la situación del cine en España. ¿Desde la sala de montaje se ve igual?
-Coincido con el discurso que ofreció en los Goya el presidente de la Academia Mariano Barroso. Hay gente que todavía ve el cine como un oficio de saltimbanquis y que no son conscientes del trabajo que hay detrás de una película. Me apena mucho también cuando oigo las críticas a las subvenciones del cine porque somos el país de Europa que menos ayudas recibe. Me da mucho coraje que se diga que el cine vive solo de subvenciones porque esto no es así.
-Ahora está trabajando con Carlos Saura con el que también hizo un documental sobre Renzo Piano y la construcción del Centro Botín. ¿En qué consiste el nuevo proyecto?
-Todavía no puedo hablar mucho de él, pero sí decirte que estamos muy ilusionados porque creemos que va a ser bastante novedoso. Llevo más de diez años colaborando con Saura y para mí es un privilegio poder trabajar con él que es un tótem de nuestro cine.
-¿Qué recuerda de ese documental sobre la construcción del Centro Botín?
-El documental aborda el proceso de construcción del Centro desde cero. Yo lo viví con muchísima curiosidad como cántabra que soy por todo lo que podía significar para la ciudad y luego también me parecía una forma de cerrar un círculo, porque me fui de Santander con una beca de la Fundación Botín y volvía a la ciudad para hacer un documental sobre ese proyecto. También fue muy bonito ver como se afianzó una amistad de dos grandes como son Saura y Renzo Piano.
-¿Algún otro proyecto?
-Estoy a punto de estrenar otro documental que está realizado con materia de archivo de la Filmoteca Nacional sobre la antigua Escuela de Cine.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión