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El capitán del Valencia, Dani Parejo, levanta la Copa del Rey ante la mirada de su majestad Felipe VI.

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El capitán del Valencia, Dani Parejo, levanta la Copa del Rey ante la mirada de su majestad Felipe VI. Afp
Final

El centenario che ya tiene su Copa

Los goles de Gameiro y Rodrigo derribaron la hegemonía del Barcelona en el torneo del KO

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Sábado, 25 de mayo 2019

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El Barça, dueño y señor de la Copa del Rey durante las últimas cuatro temporadas y con diferencia el club más laureado en la historia del decano de los torneos oficiales del fútbol español, pone en juego su condición de campeón en una final ante un Valencia que tratará de levantar un título once años después de conquistar su último torneo del KO ante el Getafe en el Vicente Calderón en 2008, tras una campaña liguera para olvidar salvada por aquella conquista de la mano de Ronald Koeman como entrenador.

A la condición hegemónica del equipo de Ernesto Valverde, que no conoce una derrota definitiva en Copa desde la final de Mestalla ante el Real Madrid en 2014, se opone la ilusión del club che, que no contempla mejor guinda al pastel de su centenario que el que sería su octavo título de Copa.

Para Valverde, un triunfo en el Benito Villamarín supondría además el respiro que necesita para recomponer su proyecto en el Barça después de la debacle histórica ante el Liverpool en Anfield en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. Cosas del fútbol actual, un técnico que suma por ahora cuatro de los siete títulos posibles durante su etapa en el Camp Nou se enfrenta a un plebiscito.

Por todo ello, se podría afirmar perfectamente que la final de Sevilla se trata de un duelo de la ambición che ante la obligación culé que las dinámicas de ambos equipos en las últimas semanas han acabado por igualar. Y es que el Barça está más que acostumbrado a estas lides, no en vano se trata de su novena final en once años. Tanto es así que el equipo catalán no viajará a la capital andaluza hasta hoy mismo, mientras que el Valencia de Marcelino García Toral lleva ya un par de días concentrado en las instalaciones del Hotel Montecastillo Golf de Jerez de la Frontera preparando la final.

Ambos técnicos dispondrán sobre el verde del Villamarín sus onces de gala, con la excepción de un Luis Suárez lesionado y con la alternativa para sus respectivos porteros de la Copa, ya que como ha venido siendo habitual a lo largo del torneo, Jasper Cillessen y Jaume Doménech defenderán las porterías azulgrana y che, respectivamente. Valverde no tendrá en el banquillo al guardameta titular en Liga y Champions, Marc-André Ter Stegen, toda vez que el alemán se lesionó esta misma semana y ya dijo adiós a la temporada unos días antes que el resto la plantilla del Barça.

Dos caminos tortuosos

Los caminos de ambos equipos hasta la gran final de Sevilla han sido muy diferentes en cuanto a los rivales que han ido dejando por el camino, pero confluyen en el hecho de haber rozado la tragedia en alguna ocasión. Para el Barça, la Copa comenzó con una eliminatoria ante la Cultural Leonesa con victoria en el tiempo de descuento en la ida y solvente goleada en la vuelta, continuó con el episodio de la alineación indebida del canterano 'Chumi' en una visita al Levante que se saldó con derrota y que obligó a una remontada en el Camp Nou que se repitió en cuartos ante el Sevilla después de rozar el KO en el Sánchez Pizjuán con los suplentes y concluyó con un 0-3 en el Santiago Bernabéu para eliminar a un Real Madrid que había sacado un empate en la ciudad condal.

Por su parte, el Valencia rozó el ridículo en dieciseisavos ante el Ebro, perdió en octavos en su visita al Sporting en el momento más crítico de Marcelino en el banquillo pero solventó la eliminatoria en Mestalla, remontó de manera agónica ante el Getafe en cuartos y dejó al Betis sin final en casa.

Será la cuarta final copera de la historia entre ambos equipos, con balance de 2-1 favorable al Barça hasta ahora, puesto que los azulgranas se impusieron al Valencia en 1952 (4-2) y en 1971 (4-3) y perdieron (0-3) en 1954 en las tres finales previas, disputadas todas ellas en el Santiago Bernabéu, antes Nuevo Chamartín. Una rivalidad clásica del fútbol español que incluso llegó a ampliar su alcance a una final continental en 1962, en una eliminatoria a doble partido de la Copa de Ferias que se decantó a favor del Valencia.

Sevilla también acogerá la final del torneo por cuarta vez en su historia, ya que debutó como sede en 1925 con un Barcelona-Arenas de Guecho (2-0) disputado en el antiguo campo Reina Victoria y repitió en 1999 y 2001 ya en el estadio de La Cartuja con un Valencia-Atlético de Madrid (3-0) y un ZaragozaCelta (3-1). Así pues, tanto culés como ches ya saben lo que es elevar al cielo de la capital andaluza un trofeo al que ahora aspiran de nuevo, por trigésimo primera vez en el caso de los catalanes y por octava vez los en el de los valencianos.

Alineaciones probables:

Barcelona: Cillessen, Semedo, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Busquets, Rakitic, Sergi Roberto, Arthur, Messi y Coutinho.

Valencia: Jaume, Wass, Garay, Paulista, Gayà, Coquelin, Parejo, Soler, Guedes, Rodrigo y Gameiro.

Árbitro: Undiano Mallenco (Navarro).

Hora: 21:00 h. Benito Villamarín.

TV: La 1.

El fútbol es un estado de ánimo. Una vez más, esta máxima del deporte del once contra once quedó patente, en esta ocasión, en una final de la Copa del Rey a la que

En la cálida noche sevillana, con el más antiguo de los trofeos del fútbol español en juego, Barça y Valencia tomaron contacto con el verde del Benito Villamarín

Barcelona

Cillessen, Semedo (Malcom, min 45), Piqué, Lenglet, Alba, Busquets, Rakitic (Aleñá, min. 77), Sergi Roberto, Arthur (Arturo Vidal, min. 45), Messi y Coutinho.

1

-

2

Valencia

Jaume, Wass, Garay, Paulista, Gayà, Coquelin, Parejo (Kondogbia, min. 65), Soler, Guedes, Rodrigo (Diakhaby, min. 88) y Gameiro (Piccini, min. 71).

  • Goles 0-1: min. 21, Gameiro. 0-2: min. 33, Rodrigo. 1-2: Messi, min. 73.

  • ÁRBITRO Alberto Undiano Mallenco (Comité navarro). Amonestó a Gayà y Kondogbia por el Valencia y a Busquets por el Barcelona.

  • INCIDENCIAS Final de la Copa del Rey disputada en el Benito Villamarín ante 53.698 espectadores.

El susto para los azulgranas no cambió el guión del partido. Dueño de la posesión de balón el equipo catalán, hasta pasado el cuarto de hora de juego no llegó un nuevo aviso de gol, que como no podía ser de otra manera apareció de la mano de Messi, que en su primera y única importante intervención del primer acto remató con pierna diestra para encontrar una maraña de piernas valencianistas que desvió el disparo a saque de esquina.

Fue un aviso fallido del Barça, cuyo dominio no intimidó lo suficiente a un Valencia acostumbrado a esperar agazapado hasta la oportunidad de herir a un rival confiado. Así fue en una arrancada por el carril zurdo de Gayá, cuyo centro se topó con un Jordi Alba pasado de frenada, que dejó a

Que los de Marcelino viven en la comodidad absoluta dejando la posesión al rival a la espera de explotar su enorme

El

Consciente de que el camino hacia el título de Copa estaba más cuesta arriba que nunca, Valverde introdujo en el tiempo de asueto a Malcom por Semedo y a Arturo Vidal por Arthur para buscar la mordiente y la ambición de la que su equipo había adolecido en los primeros 45 minutos. Para ayudar al cambio de dinámica Messi saltó al césped con otro par de botas, apelando a lo ritual ante la adversidad. A tenor de lo ocurrido en los primeros minutos de la segunda parte, tanta variación no dio excesivo resultado, pues fue el portugués Guedes quien primero probó fortuna con un remate desviado, antes de un lanzamiento al borde del área, de los que tanto le gustan a Messi, que el '10' azulgrana estrelló en la barrera. Ni por esas, pensó la afición culé, que no arrojaba la toalla ante tanta imprecisión de un equipo acostumbrado a jugar al fútbol con la perfección de un metrónomo.

Ya sólo le quedaba al Barça apelar por enésima vez a la eterna genialidad de Messi, que apareció para combinar con Malcom y enviar un remate con su zurda de oro al poste. La ocasión resucitó el cada vez más alicaído ánimo en las huestes azulgranas. El Valencia aguantaba con estoicismo el estéril dominio del Barça, pero por si las moscas,

Al amparo del gol del argentino, el Barça se rearmó para meter el miedo en el cuerpo a su rival, abocado a una resistencia numantina que esta vez no fue derrotada por el poder de Roma, sino que tuvo el premio de esa

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