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Óscar Gil trata de alcanzar, ante el meta Tena, un balón colgado al área del Amorebieta.

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Óscar Gil trata de alcanzar, ante el meta Tena, un balón colgado al área del Amorebieta. Roberto Ruiz

El Racing confía en cantar el alirón en la jornada de reflexión electoral

No pudo ser este domingo ante la grada del Sardinero, primero por el triunfo del Mirandés y después por que el equipo de Iván Ania empató ante el Amorebieta

Diego Ruiz

Santander

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Lunes, 22 de abril 2019, 11:24

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Resurrexit sicut dixit, alleluia!'. Parecía el día más indicado para que el Racing llegara a la segunda estación del largo calvario de esta cansina Segunda B. Domingo de Resurrección, las puertas del cielo abiertas para acceder a la gloria de la división de plata. Pero el Sábado Santo, el Mirandés, el club del joven y gruñón entrenador Borja Jiménez, obsesivamente pendiente de los minutos finales de los partidos del club cántabro, había ganado por la mínima al Vetusta y, por lo tanto, el alirón del Racing habrá que cantarlo, si es posible, el próximo sábado, cuando todos estemos reflexionando sobre qué votar al día siguiente. Nadie a estas alturas, salvo quizás el nombrado técnico del Mirandés, puede pensar en que el conjunto de Iván Ania no sea campeón del Grupo II de la Segunda B. Equipo tiene de sobra. Es el Racing y se puede permitir algún capricho, que diría Chuti Molina. El play off ya será otra historia.

Este domingo, después de que el conjunto burgalés se quitase de encima a un incómodo Oviedo, la tarde había quedado insulsa en los Campos de Sport, con su parroquia siempre ansiosa por tener algo que celebrar. No todo van a ser desgracias. Así que el Domingo de Pascua iba a traer una tarde de fútbol más. Con el Amorebieta, situado a mitad de la tabla, con una racha espectacular y con poco que perder en los Campos de Sport. Y ante unArcing que no se relaja, pero que tampoco gana. ¿Una oportunidad al joven Tresaco, ese juvenil al que se ha ascendido al primer equipo dos meses después de su llegada delZaragoza? –y de fallar un par de operaciones–. Sí, pero en el segundo tiempo. Que no es plan de dejarse ir.

El título pareció alejarse aún más, a eso del minuto 21, cuando Iker Seguín batía a Crespo de un fuerte disparo entre despiste defensivo y café con leche después del cordero lechal de día tan señalado. Ania sacó en el once inicial, tras dos semanas velando armas, a Mario y Sergio, dejando a Quique Rivero y Rafa de Vicente en el banquillo. Carburaron bien ambos en los primeros 45 minutos, a pasar de ese 0-1 en contra. En especial el 'ocho', que lucha y distribuye balones en el centro del campo con maestría y eficacia, cuando no corta contraataques, en esta ocasión del conjunto vasco. Cierto es que los primeros 45 minutos del encuentro fueron extraños. Dominio del Racing, con algo más de posesión de balón pero ante un rival descarado. El Amorebieta llegó con claridad una vez y la clavó.

Tocaba penitenciar en la segunda parte de este Domingo de Resurrección que, a priori, tan esperanzador se prometía. Un 0-1 en contra siempre es una amenaza de corona de espinas que hace sangrar, y duele, sobre todo cuando la gloria se palpa ya con las manos. Cuando se vislumbra ya el final de este calvario que dura bastante más de lo esparado.

A todo esto, y para dar ánimos y ejemplo a los once del campo y los siete del banquillo, en el palco de honor y tras recibir el homenaje del club, estaba Marcos Bermejo, triple campeón del Mundo para mayores de noventa años. Capaz, aún, de correr la banda desde el banderín de córner a la meta rival, para centrar sobre la cabeza del delantero.

Sergio Ruiz ganó algunos metros más en la segunda parte. Y también Mario. Había que buscar el cerco de Jon Tena e igualar primero y sentenciar después el encuentro de la esperanza. Minuto 55, el marcador no se mueve. Y Barral, el siempre deseado, se encuentra con un gran pase de Noguera que le deja el balón en los pies para batir por bajo al meta vasco. Qué sangre fría la del veterano delantero, que sí que progresa adecuadamente jornada tras jornada. Volvió pues la esperanza a las gradas. Dominaban los cántabros que a veinte minutos del final sólo tenían como principal problema al colegiado navarro, que sacaba tarjetas a diestro y siniestro.

El desenlace

Mediada la segunda parte, los vascos dieron alguna muestra de querer ganar el partido y a pesar de alguna jugada más que polémica en el área rival, los cántabros no perdieron ni el orden ni el concierto. Había que ganar, que el empate en El Malecón ya era suficiente en este fin de temporada. Mario, un fichaje de lujo, y un motivado Cayarga por la banda izquierda, tiraron del carro hasta que Ania sustituyó al cántabro por Kitoko, en busca de más músculo. Minuto 86, nadie deja su asiento. El Racing lo sigue intentando por el flanco izquierdo. Lucha Tresaco, falta un suspiro... Agua. Hay que a esperar a otra jornada. Qué largo se hace esto. Como un día sin pan, como cuatro años penando por esa Segunda B de polvo y lodo, según la fecha. Y que toca dejar ya. Ya, de inmediato.

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