Bruselas reafirma el peso de Aguayo II y el depósito de Polanco en el futuro de la UE
La Comisión publica una lista actualizada con proyectos estratégicos para el medio plazo energético de la Unión y que tendrán carácter prioritario
La Comisión Europea ha incluido una veintena de iniciativas españolas en su lista de proyectos de interés común para el desarrollo de las conexiones energéticas ... en la Unión Europea, entre ellas la ampliación de la central hidroeléctrica de San Miguel de Aguayo y el H2 Storage North, de Enagás, en Polanco. La inclusión de esos proyectos en esa lista les permitirá optar a financiación comunitaria para su desarrollo.
Ambas iniciativas ya estaban marcadas en rojo en la agenda continental, tanto el proyecto para aumentar la capacidad de la central hidroeléctrica reversible como el plan para instalar un depósito de hidrógeno en el subsuelo de Polanco. Sin embargo, con esta actualización Bruselas reafirma el carácter estratégico de ambos equipamientos de cara al futuro, ahora claramente marcado por la necesidad de autonomía estratégica en el seno de la Unión, con la energía señalada como uno de los campos fundamentales.
El proyecto para la central cántabra de Repsol permitirá que esa instalación pueda llegar a producir un gigavatio de potencia, con una inversión estimada en 900 millones de euros y la creación de hasta 1.000 empleos durante los picos de su construcción, según informó el director de ese proyecto, Luis González Mateo.
En un acto sobre gestión energética y sostenibilidad en Santander, González Mateo recordó que ese proyecto no parte de cero, sino que servirá para ampliar una central hidroeléctrica que lleva funcionando desde la década de los ochenta del siglo pasado, y destacó que se prevé que permita un ahorro de 90 millones de euros de ahorro al sistema eléctrico nacional.
Repsol espera tener este año la concesión hidráulica para el uso del agua destinado a la ampliación de la central hidroeléctrica de Aguayo, un paso anterior a la autorización administrativa previa para la construcción de la obra de esa infraestructura de bombeo que la compañía energética espera recibir en enero.
Con todo, dicha hoja de ruta aún debe solventar grandes interrogantes, especialmente de carácter normativo. La multinacional lleva años esperando que el Gobierno central arroje certidumbre en la retribución de este tipo de infraestructuras para tener claras las cuentas antes de abordar la inversión.
Más despejado parece el proyecto de hidrógeno verde que plantea Enagás en la zona de Polanco, dentro del entorno de cuevas de sal que Solvay lleva explotando desde hace más de un siglo. En su caso, supondrá una inversión de 600 millones de euros y prevé estar en marcha en unos cinco años, según el calendario hecho público por el propio operador nacional.
Además de las iniciativas cántabras, proyectos de interconexiones eléctricas con Francia y Portugal, el corredor de hidrógeno que conectará la Península Ibérica con Francia y Alemania, otras actuaciones de almacenamiento de electricidad e hidrógeno, y electrolizadores, son otras actuaciones estratégicas para la UE, según informó ayer el Ejecutivo comunitario.
Tramitación
Bruselas las ha incluido en su segunda lista de Proyectos de Interés Común (PIC) y Proyectos de Interés Mutuo (PIM), con un total de 235 iniciativas energéticas transfronterizas, que podrán optar a financiación del presupuesto comunitario y se beneficiarán de trámites acelerados para la concesión de permisos y la ejecución de los proyectos con el fin de agilizarla.
«Al permitir interconexiones vitales en toda la UE y con sus países vecinos, estos proyectos pueden jugar un papel estratégico a la hora de aumentar la competitividad y descarbonización de la UE y mejorar la seguridad e independencia energética de Europa», sostuvo la Comisión en un comunicado.
El Ejecutivo comunitario calcula que las necesidades de inversión en infraestructuras energéticas europeas rozará los 1,5 billones de euros entre 2024 y 2040 y espera que estos proyectos y las inversiones que generarán «ayuden a alcanzar las necesidades identificadas para 2040.
Ahora, la Comisión transmitirá dicha lista actualizada al Parlamento Europeo y al Consejo, que disponen de dos meses para decidir si aceptan o rechazan la lista en su totalidad.
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