Cronista oficial
Entre lo académico y lo lúdico, entre la memoria y el presente, la pluralidad de actividades servirán para reconocernos en nuestra historia y tal vez para reflexionar sobre el delicado momento económico que estamos atravesando
Esta semana se ha dado el pistoletazo de salida con un acto institucional a las múltiples propuestas que se desarrollarán a lo largo del 2020 ... para conmemorar los 125 años del título oficial de ciudad concedido a Torrelavega el 29 de enero de 1895 por María Cristina, regente entonces del Reino de España dada la minoría de edad de su hijo Alfonso XIII. Entre lo académico y lo lúdico, entre la memoria y el presente, la pluralidad de actividades servirán para reconocernos en nuestra historia y tal vez para reflexionar sobre el delicado momento económico que estamos atravesando. Tendremos ocasión de evocar el esfuerzo de los torrelaveguenses que nos precedieron y que con su tesón y sacrificio contribuyeron a que los que vivimos ahora en Torrelavega nos sintamos orgullosos de nuestro pasado y reconozcamos sus logros. Somos en gran parte una herencia de su trabajo. Pero será asimismo una oportunidad para trazar objetivos creíbles e insuflar optimismo a la ciudadanía. Desde la memoria saber proyectar un futuro esperanzador.
Como es lógico, y puesto que de historia se trata, se sucederán las intervenciones, orales o escritas, se aportarán documentos y datos, y habrá que ordenar y archivar todos los testimonios que este icónico año provocará. Pensando en ello, me doy cuenta de que aún está vacante la plaza de Cronista Oficial de Torelavega desde la muerte del siempre recordado Aurelio García Cantalapiedra en 2010. La efeméride que celebramos bien pudiera servir para designar a su sucesor. El tiempo transcurrido y la importancia de la fecha pueden ser un buen momento.
Difícil tarea, sin embargo, la elección. Un póker de ases conforman, en mi opinión, los posibles aspirantes. Nieves Bolado, Tomás Bustamante, José Ramón Sáiz Fernández y Miguel Ángel Sánchez tienen una larga trayectoria a sus espaldas de estudio e investigación de la historia de la ciudad y sus vecinos. Sus trabajos, plasmados en rigurosas publicaciones, avalan sus posibles candidaturas. Por otro lado, no dejaría de ser su nombramiento un reconocimiento a la importante labor realizada. Quizás también usted, lector, tenga otros nombres en la cabeza. En cualquier caso, ahora, es un momento histórico.
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