Tristeza y desesperanza
Al hilo de los días ·
La tristeza y la desesperanza han ensombrecido la vida cotidiana de nuestra ciudad desde que conocimos la noticia la pasada semana de que Sniace cerraba ... . Siempre hubo incertidumbre sobre ella en los últimos años pese a los mensajes de optimismo de los nuevos accionistas y directivos. Al final, la suma de circunstancias diversas ha conducido a la liquidación. No es sólo que se cierran las páginas de un capítulo fundamental de la historia de Torrelavega, de su industria y de sus trabajadores, de una empresa con una implantación económica y social a través de la producción en sí de la fábrica, sino también por la vida que transcurrió por los ámbitos vinculados a ella, desde las viviendas en los diferentes barrios hasta las instalaciones deportivas. Sniace forma parte de la historia de la ciudad, de su memoria sentimental.
El panorama no puede ser más desolador. A los trabajos directos que se pierden hay que añadir los indirectos, una cantidad difícil de evaluar. La pérdida de empleo redundará en un menor poder adquisitivo de las familias y ello repercutirá a su vez en un ya de por sí alicaído comercio. Y con ese tejido social anoréxico, poco estímulo habrá para que alguien quiera venir a Torrelavega a invertir. Este periódico informaba la pasada semana del acto convocado por el Círculo de Recreo que reunió a siete exalcaldes de la ciudad. Asimismo, de la creación de una Plataforma Ciudadana para reactivar la comarca del Besaya. El grupo Quercus, Amigos de Torrelavega y el Club Rotario tienen entre sus integrantes economistas y empresarios autónomos de prestigio. La Cámara de Comercio tiene nuevo presidente. ¿No es posible una puesta en común de todos, añadiendo sindicatos y el propio Ayuntamiento, en la que aportando cada uno su experiencia, se tracen unos objetivos mínimos, un plan estratégico para la ciudad? Estoy seguro de que una tormenta de ideas no faltará.
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