La Policía Local pide «voluntad» a Camargo para evitar la marcha de agentes a Santander

Hasta cinco agentes de Camargo aspiran a las nuevas plazas convocadas en Santander, según asegura CSIF. «De los 25 efectivos que tenemos a día de hoy -nueve menos de los que había en octubre de 2018- nos quedaríamos en 20, y eso sin contar otros cinco más que están en segunda actividad -mayores de 55 años y más enfocados a la redacción de informes, trabajo de oficina y la atención a personas- y otros dos subinspectores, que tampoco ejercen las mismas funciones que un policía», constata González.

El resultado: «13 profesionales para patrullar las calles del municipio», un balance que empieza a dar síntomas, como añade la representante: «El otro día una compañera tuvo que ir a atender un accidente sin ninguna compañía y, aunque este tipo de situaciones suele resolverse con facilidad, no siempre es así».

Y no es sólo una cuestión de números. Según el sindicato mayoritario, los efectivos que podrían abandonar Camargo son precisamente algunos de los más curtidos y versátiles de la plantilla, profesionales jóvenes -de entre 30 y 40 años- con una buena experiencia acumulada a sus espaldas en resolución de conflictos muy variados, cuestiones de violencia de género, etc. «En todo tipo de casos», lamenta González, a quien, por otro lado, la marcha no sorprende demasiado: «Es normal que acaben mirando por su seguridad, su bolsillo y prefieran aspirar a las mejoras de otros municipios. En Santander tienen un buen horario y sus condiciones de trabajo son estupendas, muchísimo mejores. Lógico».

Para hacerse a la idea del 'goteo' que podría sufrir la plantilla policial, y según añadió la delegada de CSIF, incluso los 13 agentes que permanecerían en Camargo «ya están preparándose cursos y formándose lo máximo posible para trasladarse el día de mañana».

Entre tanto, las negociación para mejorar las condiciones salariales muestra pocos visos de mejora a día de hoy. El Ayuntamiento -que prefirió no hacer valoraciones- y los sindicatos sentados a la mesa -CSIF, UGT y CC OO- se reúnen, sí, pero los resultados siguen sin llegar. «Nos dicen que están trabajando en una solución para todos, pero no ofrecen alternativas», afeó la portavoz, quien responsabiliza fundamentalmente a la alcaldesa, Esther Bolado, del enquistamiento de las conversaciones: «Es ella quien está creando este problema, dejando marchar a la gente. ¿Eso no es crear inseguridad?».

De ahí la delegada pasó a negar que las peticiones de la agrupación supongan un «agravio comparativo» con respecto al resto de funcionarios municipales, como ha argumentado la regidora en más de una ocasión. «Los agraviados, nosotros», aseveró González, antes de apuntalar que la solución está en manos de un equipo de gobierno que «hoy por hoy no ofrece alternativas». Todo lo contrario a CSIF, según dijo, que habría ofrecido sin éxito mas horas de servicio a cambio de una mejora salarial, trabajar festivos y reforzar las mañanas y las tardes, entre otras ofertas.