El puente de Solía vuelve a unir El Astillero con Villaescusa
La infraestructura, que data de 1905, se reabrió ayer al tráfico de peatones y ciclistas tras una restauración profunda
El puente de hierro sobre la Ría de Solía, que une los municipios de El Astillero y Villaescusa, se reabrió ayer al tránsito de peatones ... y ciclistas, después de pasar de ser una infraestructura en «mal estado» que tuvo que cerrarse al público, a una «joya de la arqueología industrial» que ahora permitirá potenciar el turismo. Las obras de rehabilitación que el Gobierno de Cantabria ha llevado a cabo en la estructura fueron inauguradas ayer en un acto oficial que contó con la presencia del consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, y de los alcaldes de ambos municipios, Francisco Ortiz y Constantino Fernández.
«Parece mentira que diecisiete metros de acero puedan unir o separar tanto», expresó el consejero durante el acto respecto a la histórica estructura, que perteneció a la antigua vía férrea Astillero-Ontaneda y tiene 115 años de vida. Las obras de rehabilitación, que han supuesto 165.000 euros a las arcas del Gobierno de Cantabria, servirán para integrarla en una vía verde de uso exclusivamente peatonal y ciclista.
Como se recordará, el puente de hierro se cerró al tránsito en diciembre de 2015, después de que la dirección general de Ordenación del Territorio así lo recomendara en base a un informe técnico y se lo comunicara a ambos ayuntamientos. Un mal estado de conservación que llevó a la estructura al «estado de ruina», como recordó ayer el consejero. Tras la petición de los ayuntamientos, el Gobierno de Cantabria se hizo cargo de las obras, que finalmente arrancaron en mayo de 2018. Desde entonces, el ritmo de trabajo no ha estado exento de retrasos, achacables -según reconocieron hace escasas semanas los alcaldes de Villaescusa y El Astillero- a la empresa encargada de acometer las obras.
Ayer, el consejero puso de manifiesto que la tardanza de las obras se ha debido a las «dificultades de la tramitación» de los diversos permisos y a la «complejidad» de los trabajos. En su opinión -dijo-, hubiera sido «más rápido» y «barato» hacerlo nuevo, pero se trataba de mantener la naturaleza original de este puente que «es parte de la historia viva del ferrocarril y de la arqueología industrial de Cantabria».
Durante el acto, el consejero también tuvo la oportunidad de agradecer el trabajo realizado por la empresa que, además de estabilizar el puente para que en los próximos cuarenta años se mantenga activo, pueda proporcionar servicio como vía verde que conecta por medio de un carril bici El Astillero con Villaescusa y luego, desde Santa María de Cayón hasta Ontaneda. De ahí que Martín pusiera de manifiesto «el gran potencial turístico» de este proyecto y «la recuperación de la memoria histórica industrial».
Junto al consejero, se situaron ayer en todo momento los alcaldes de Villaescuesa y El Astillero. Por su parte, Constantino Fernández destacó el uso funcional del puente para que los vecinos de su ayuntamiento acudan a El Astillero, tanto a «realizar compras como a asistir a los centros de enseñanza y disfrutar de otros servicios». Francisco Ortiz resaltó la importancia de «la apertura del puente para el uso recreativo y turístico gracias a su conexión hasta Ontaneda» y agradeció al consejero su interés por el proyecto de rehabilitación, en lugar de otro de sustitución. «El puente es un símbolo del transporte, la actividad minera, y del centro neurálgico que El Astillero ha significado tradicionalmente en el arco de la Bahía», dijo.
Las labores técnicas
La obra ha supuesto la rehabilitación del acero que, debido a su longevidad -se remonta a 1905-, ha requerido un trato especial para que se mantenga lo más parecido posible al original y pueda conservar también su resistencia. El puente estará iluminado y tiene un tablero más ancho (pasará de algo más de dos metros a cuatro) para que pueda dar un servicio más cómodo a varias generaciones.
La restauración ha consistido en un chorreo para eliminar las partículas que tienen los materiales del puente y la reposición de todo el acero que se encontraba en mal estado, así como su posterior pintado con dos manos de imprimación y dos manos de acabado.
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