La asociación La Castañera lleva a la Fiscalía el caso de las Escuelas de Terán

La denuncia supone la culminación de los innumerables requerimientos que la asociación ha llevado a cabo para que se actúe en el edificio desde hace ya varios años. El actual propietario, José María Pérez Reigadas, le compró la propiedad al Ayuntamiento a finales de los años ochenta y tras recibir varias instancias del Consistorio para rehabilitar el inmueble, hace dos años solicitó una licencia de obra para arreglar el tejado, pero tal actuación nunca se llevó a cabo. Mientras, el inmueble cada vez sufre más el paso del tiempo sobre sus muros.

Las diferentes administraciones tampoco se hacen responsables del problema. El alcalde, Gabriel Gómez, asegura que es competencia del Gobierno regional, pero la Consejería de Cultura de momento no ha llevado a cabo una actuación determinante que solucione el problema de una vez. También el grupo político Podemos presentó una proposición no de ley en el Parlamento para que el Gobierno actuase, pero tampoco llegó a buen puerto. Por eso, los vecinos consideran que su último recurso es poner una denuncia en la Fiscalía y que se investigue sobre quién recae la responsabilidad real de rehabilitar este valorado bien patrimonial.

«Es una ruina exponencial, un edificio moribundo, y puede haber un posible delito de prevaricación por parte de todos los que no están haciendo nada», alertaba hace unos meses un vecino que lleva muchos años luchando por estas antiguas escuelas. Los firmantes recuerdan que «se trata de uno de los pocos ejemplos de arquitectura Neoclásica en Cantabria y se encuentra ubicado dentro del Conjunto Histórico de Terán». Además, «durante casi cien años sirvió para la educación de los niños y niñas del valle de Cabuérniga y posteriormente fue biblioteca y cine, hasta su posterior venta y deterioro», recuerdan. Por eso, «cuesta entender que en todos estos años no se haya asegurado la protección de un Bien Inventariado ni sancionado a los responsables de su mal estado», señalan.

Otro vecino opinaba hace poco que ««la Consejería podría llevar a cabo las obras para al menos restaurar la cubierta y luego pasarle la factura al propietario y en caso de que no quiera hacerse cargo, expropiar el inmueble».

Al tratarse de un BIC, la ley dice que «el Gobierno de Cantabria puede expropiar la propiedad si no se están cumpliendo los deberes de conservación». Soluciones caben varias, pero hasta el momento apenas se ha actuado, más allá de enviar algunas instancias al dueño del edificio. Por otro lado, existe un proyecto para convertir el espacio en un centro de investigación gastronómico, que daría mucha proyección en este ámbito al valle de Cabuérniga, pero mientras no se actúe, lo único que suena en torno al edificio es un profundo eco de abandono. Los defensores del proyecto, vinculados a la plataforma de defensa de las Antiguas Escuelas de Terán, han dado los primeros pasos para que pudiera arbitrarse una colaboración público-privada.