Argoños y Santoña piden una conexión segura para los paseos de El Gromo y las Marismas
Los regidores de ambos municipios solicitan a Obras Públicas una solución para eliminar el peligro de los peatones al cruzar la carretera
Para el alcalde de Argoños, Juan José Barruetabeña, la reciente construcción de la nueva senda peatonal en la carretera de El Gromo, por parte de la Consejería de Obras Públicas, ha sido «una alegría inmensa». «Era una actuación necesaria y obligatoria para garantizar la seguridad de los peatones». Sin embargo, reconoce que esa satisfacción no será completa hasta que se conecte de «forma segura» el paseo de las Marismas de Santoña con el de El Gromo. Una reivindicación que comparte su homólogo, Sergio Abascal, quien también ha trasladado de forma verbal a la Consejería la necesidad de estudiar soluciones para este punto peligroso.
Actualmente, para cruzar de un paseo a otro hay que atravesar el vial CA-241, popularmente conocido como la 'carretera de los puentes'. Se trata de un tramo en curva, con escasa visibilidad tanto para peatones como para conductores que, a menudo, no respetan la velocidad fijada en este tramo de 50 kilómetros. Para pasar de una senda a otra – si se hace desde de Santoña – hay que saltar el quitamiedos, mirar varias veces a los lados para asegurarse que no vienen vehículos y llegar hasta una isleta. De ahí, volver a mirar que ningún coche quiera acceder al desvío del Gromo, cruzar e iniciar el otro camino.
Para Barruetabeña atravesar la carretera es «jugársela a cara o cruz. La inseguridad es tremenda». El regidor ha insistido al titular de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, con quien ha llegado a cruzar este tramo durante una visita, en la necesidad de buscar una solución «lo más rápido posible». No obstante, es consciente de que es difícil encontrar una medida adecuada porque «es una zona a la que le afectan todas las leyes de protección ambiental, de Costas y Carreteras».
El alcalde de Santoña también ha comentado este asunto a la Consejería en «muchas ocasiones» y sabe que es «complejo» al tratarse de una zona de curvas. Abascal señaló que su idea es abordarlo con el nuevo director de Obras Públicas a quien planteará «la posibilidad de hacer un paso de peatones con el pulsador justo en el punto que se conectan ambas sendas», pero, remarca, «los semáforos se colocarían más alejados, antes de que el coche inicie el giro de la curva».
Por su parte Gochicoa explicó que su departamento tiene intención de proyectar una solución para 2020. Al tratarse de una carretera autonómica con mucho tráfico y en una zona de poco visibilidad descarta, en un principio, la alternativa del semáforo y paso de peatones. «No es algo indicado en terrenos rústicos y sería peligroso porque el coche tiende a ir a mucha velocidad y se pueden producir frenazos bruscos, golpes por alcance o atropellos». Gochicoa detalló que se va a ver cuál es exactamente el punto mejor de la intersección por el que debe cruzar el peatón para dirigirle ahí y que lo haga de forma segura. «Y se establecerán varios elementos de señalización que avisen con anticipación a los coches ese cruce de peatones para que aminoren la marcha».