La flota de artes menores se siente desprotegida ante el cierre de la merluza
La asociación de pescadores artesanales, que integra a 70 barcos, critica a la Federación de Cofradías por tenerla «abandonada» en la defensa de sus intereses
TEODORO SAN JOSÉ
Lunes, 16 de mayo 2011, 02:30
Primero fue el verdel. Ahora, la merluza. La flota de artes fijas va de cierre en cierre de pesquería, y a un paro forzado le sucede otro amarre obligado. En Cantabria alrededor de 70 barcos componen esta flota, y sus más de trescientos tripulantes están sin faena desde que el martes se cerró la pesquería de merluza para las embarcaciones de artes menores. Pero, con ser grave esa situación, sus representantes lamentan que la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria no defienda sus intereses para mejorarla.
Las capturas de merluza están reguladas por un cupo anual, pero el Ministerio de Medio Marino estableció este año el reparto de la cuota española en trimestres, con el 51% destinado a los arrastreros y el otro 49% para la flota de artes fijas, bien de volantas, palangre o artes menores. Estas últimas embarcaciones disponen de una tope de capturas de unas 651 toneladas, a razón de 170 por trimestre. Pero en poco más de un mes han agotado la cuota de este segundo periodo y es preciso cerrar la pesquería y amarrar la flota.
Hoy se celebra en Gijón una reunión Interfederativa para buscar alternativas y solicitar la reapertura de la pesquería mediante el empleo, po ejemplo, de parte de los cupos de los trimestres próximos, «pero la Federación de Cofradías de Cantabria ni se ha puesto en contacto con nosotros para invitarnos a asistir ni nos ha solicitado opinión alguna. Estamos muy quemados», se lamenta Miguel Fernández, presidente de la Asociación de Pescadores Costeros y Artesanales de Cantabria (Apecac).
Los representantes de este colectivo, que agrupa al 90% de la flota de artes fijos de la región y con mayoría en puertos como los de Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera, Suances y Santander, se reunieron el sábado en Castro Urdiales y han convocado una asamblea para debatir la posibilidad de darse de baja en la Federación de Cofradías de Cantabria. «Nuestra flota se siente totalmente abandonada por la Federación. Ni se molesta en decirnos nada ni nos apoya en nuestros problemas. No existimos, nos deja de lado», se queja Fernández.
Al bonito antes de tiempo
Este patrón santoñés lamenta tanto el cierre parcial de la pesquería de la merluza como que la Federación «no defienda nuestros intereses. Solo pedimos que nos tenga en cuenta y no nos deje de lado» porque, dice, la flota «está abocada al desguace». Estos barcos de artes menores son los que suministran buena parte de la merluza, verdel, lenguado, salmonete, rape, centollos y especies similares que llegan al mercado de abastos. Sin embargo, en lo que a merluza se refiere, y de no conseguir alguna mejora de los cupos a raíz de la reunión en Gijón, esa flota artesanal no podrá dedicarse a la merluza hasta julio.
«Venimos de un paro, el del verdel, y ahora tenemos que soportar otro por la merluza. No nos dejan trabajar y así cada vez nos resulta más difícil mantener los barcos y a los tripulantes», relata.
La opción pasa por amarrar dos meses o, como ya están haciendo algunos, preparar el barco para ir a bonito. Esta flota suele faenar el atún blanco a partir de julio, una vez que el bonito entra en el Cantábrico. Ahora tiene que optar por adelantar la partida mes y medio, hacerse a la mar y arriesgarse hasta las Azores pese a no ser barcos preparados para aquellas aguas.
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