«El portero de ellos no tenía que haber contestado con insultos»
Isidro Díaz Entrenador del Laredo
J. COMPOSTIZO
Martes, 11 de abril 2017, 07:14
«Fueron unos chavales que estaban detrás de la portería. Todo empezó con un rifirrafe con el portero, luego vinieron los insultos y según lo que se dice, el portero en vez de callarse también les insultó». Es la versión del entrenador del juvenil del Laredo. Isidro Díaz vio bien de cerca cómo varios aficionados saltaron al terreno de juego a por el portero del Solares-Medio Cudeyo, cuya reacción podría haber sido, en su opinión, el desencadenante de la pelea. «Si no hubiera contestado, seguramente no habría pasado nada», aseguró el técnico pejino al ser preguntado por este periódico. «No insultó ni una ni dos veces. Lo hizo más veces y al final pasó lo que pasó», recalcó con lamento.
Lo que no pudo atestiguar con tanta claridad fue sobre lo que vio en la grada y las posibles agresiones entre padres que se podrían haber producido. «No puedo asegurarlo porque yo estaba separando dentro del campo». Acto seguido, afirmó, se dirigió a saludar al entrenador del equipo contrario, Javi San Juan, y a todos los jugadores del Solares para felicitarles por el partido.
El técnico pejino quiso dejar claro en sus declaraciones que con su versión de los hechos no quiere culpar a nadie de lo acontecido el pasado sábado en el partido de Primera Juvenil disputado en el campo de San Lorenzo entre el Laredo y el Solares-Medio Cudeyo.
A su parecer, fue un partido «correcto», tanto por el comportamiento de los jugadores del Solares como los del Laredo. «No hubo nada. Era un partido importante y por lo tanto fue muy disputado. El comportamiento de los dos equipos fue ejemplar e incluso la mayoría de las tarjetas amarillas que sacó el árbitro fueron por protestar».
A pesar de sentirse «jodido» por perder, Díaz aseguró que fue a decir a los jugadores del Solares que se metieran en el vestuario para que la trifulca no fuera a más y no recibió ningún tipo de represalia por ello. «Hay otros partidos en los que he ido a felicitar a los jugadores del equipo contrario y no me han dado la mano», recordó en un intento de quitar hierro a lo vivido el sábado.