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Dani Aquino lucha por el balón con un jugador del Caudal ayer en los Campos de Sport. :: daniel pedriza

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Dani Aquino lucha por el balón con un jugador del Caudal ayer en los Campos de Sport. :: daniel pedriza
Racing / Fútbol

Aquino es el mejor sistema

El máximo goleador volvió a ser el verso libre del dibujo racinguista, al jugar en punta en la primera parte y por detrás de los delanteros en la segunda mitad

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Lunes, 2 de abril 2018, 17:31

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Lo más seguro que César Luis Menotti, aquel técnico que llevó a Argentina a su primer título mundial en 1978, tuviese más razón que un santo. Que los números a los que aluden los sistemas que se utilizan en el fútbol no son más que «números de teléfono». Tras más de siglo y medio de jueguecito, la frase del 'flaco' escondía que ya está todo inventado en esto del fútbol. Pero lo de los números no puede estar más en boga. En ningún deporte tres guarismos hacen verter tamaños ríos de tinta. Cuatros, treses, doses, unos, algunos cincos... Como si tuviesen la pócima mágica para explicar éxitos o fracasos. Ayer, en los Campos de Sport, más ración de números. Una de las obsesiones en la parroquia verdiblanca -el propio Pouso lo dijo posteriormente en la rueda de prensa-. Más parecía un 4-3-3, aunque a lo largo del partido el dibujo varió bastante. Y entre tanto boceto, uno de esos números que jugaba a su aire. Dani Aquino. Ese por el que la grada sigue suspirando para que recupere cuanto antes su mejor versión. Así, de inicio el 'torito' se situaba en ese imaginario centro del '3' de arriba, con Borja Lázaro que caía un poco a la derecha. El máximo goleador del asunto para ver si el murciano tenía una buena tarde y se entonaba para lo que queda de campaña. El tramo más importante.

El invento, sobre todo en la parcela ofensiva, parecía funcionar de inicio. El Racing, que tenía prácticamente toda la posesión, se manejaba mejor en ataque. Alguna galopada por la izquierda de César Díaz sin mayor trascendencia precedió a la mejor ocasión de los verdiblancos en esos primeros compases, cuando Dani Aquino tenía una doble oportunidad para inaugurar los videomarcadores de los Campos de Sport. Pero Óscar Santiago estuvo listo bajo los palos para evitar el primer gol en contra. Más adelante, ni siquiera se pudo contabilizar como ocasión un gol de Borja Lázaro. El línea había levantado su banderín.

El cambio de posición del murciano en la segunda parte mejoró mucho el rendimiento del Racing

El sistema verdiblanco estaba diseñado para funcionar con una premisa. Enfrente estaba el colista y la lógica decía que el balón debía estar en un 99% de las veces en botas racinguistas. Pero el Caudal, más inocente en ataque que un cubo sin asa, apeló a lo único que le queda antes de despedirse matemáticamente de esta Segunda División B. Los asturianos, con un clásico 4-4-2, empezaron a salir respondones y a anestesiar el partido. Y también a recuperar más balones, a elaborar más juego y a tener, aunque fuese tímidos, acercamientos a la portería de Iván Crespo. Así, la apuesta marcadamente ofensiva del casi 4-3-3 verdiblanco se empezó a diluir como un azucarillo. Poco después de la media hora, La Gradona, con un buen silbido, mandó un aviso tras conceder el Racing un córner al Caudal. Menos dibujos y más goles, quiso decir el viento salido de los aficionados. Lo que se veía amenazaba con dar la razón a Menotti. Sólo números de teléfono. Algo había que cambiar para que el Caudal no se subiese a las barbas y originase un desastre de proporciones bíblicas.

Aquino, por detrás

Pouso movió ficha. No le gustó un pelo lo que vio en el primer tiempo. Y al inicio del segundo ya se vio que el dibujo y las fichas cambiaban. Sergio Ruiz se desenvolvía mucho más arriba por la derecha y Aquino pasó a jugar casi en el medio campo. A veces, incluso, parecía que demasiado atrás. A buscar él los balones y a no esperarlos. Y aunque el Caudal seguía intentando alguna, el partido cambió por completo. El Racing le metió dos marchas más al partido. El gol de penalti del 'torito' en el minuto 55 fue el primer sopapo para un Caudal que once minutos más tarde, con el autogol de Alberto González tras despejar un tiro de Aquino, se despedía de cualquier sueño ante uno de los grandes del grupo. Desde ese minuto 66, el partido de facto se acabó y poco importó el dibujo o el rendimiento de los 14 jugadores racinguistas que se desenvolvieron en él. Al igual que en el ciclismo, en el que son los corredores los que hacen duras las etapas, en esto del fútbol es el jugador el que hace que el sistema funcione. En una posición, en otra o en uno de los 'cuatros', 'treses' o 'doses'. Los números de teléfono de los que hablaba Menotti y que sólo tienen sentido si ocurre lo más básico en el fútbol: que el balón entre en la portería.

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