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La ciencia de los gemelos

La ciencia de los gemelos

Los idénticos no forzosamente se desarrollan con una misma placenta, pueden tener dos, lo que irá forjando las diferencias que los hacen muy parecidos, pero no iguales

Mauricio-josé Schwarz

Sábado, 25 de marzo 2017, 07:36

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La existencia misma de los nacimientos múltiples es, sin duda, sorprendente, y más lo era en tiempos en que la humanidad no tenía idea de cómo funcionaban la biología reproductiva o la genética. Así, especialmente los gemelos y mellizos se volvieron protagonistas de diversos mitos. Desde la antigua Siria, cuando se adoraba a Arsu y Azizos, respectivamente dioses de la estrella del amanecer y del atardecer, porque aún no se sabía que ambas estrellas eran la misma: Venus, hasta la mitología griega, pletórica de gemelos y mellizos, tanto divinos (Apolo y Artemisa) como mortales (Casandra y Héleno). Y la imaginación romana responsabilizaba de la fundación misma de la ciudad a dos gemelos abandonados: Rómulo y Remo.

Los gemelos son dos personas que proceden de un mismo óvulo fecundado (homocigóticos) y son, por tanto, genéticamente iguales, mientras que los mellizos son hermanos que proceden de dos óvulos distintos (dicigóticos) fecundados en el mismo ciclo, y aunque se desarrollan y nacen juntos, son genéticamente diferentes.

De hecho, de un mismo óvulo pueden nacer hasta cinco individuos diferentes, pero tales casos son extremadamente infrecuentes. Los gemelos idénticos, en cambio, son un acontecimiento más común: 3,5 de cada mil embarazos en condiciones convencionales produce gemelos idénticos, y con el uso de las técnicas de apoyo a la fertilidad, está creciendo el número de nacimientos múltiples.

El valor de los gemelos para la investigación fue apreciado desde 1875, cuando el polifacético científico inglés Francis Galton sentó las bases de su estudio biológico con el artículo La historia de los gemelos. Lo que le intrigaba a Galton era que no todos los gemelos fueran idénticos, sino que muchos nacimientos múltiples eran de individuos diferentes, y se preguntaba por qué no había ningún caso de gemelos idénticos que fueran chico y chica.

Pero lo más importante para Galton, y que ha sido el eje de la mayoría de las investigaciones con gemelos, era el debate entre la genética y el medio ambiente, y cómo colaboraba cada uno de estos elementos en el desarrollo de los individuos.

El estudio serio de los gemelos y la genética tuvo que esperar hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se generalizó la costumbre de dar a luz en un hospital más que en casa.

Como los nacimientos de gemelos suelen ser de mayor riesgo que los de bebés individuales, la atención hospitalaria favoreció la supervivencia de muchos más pares de gemelos. El desarrollo de la genética, además, era necesario para poder determinar con absoluta certeza si un par de gemelos son homocigóticos o no. Porque un par de gemelos pueden parecerse mucho sin ser genéticamente iguales, como es el caso de las famosas gemelas Olsen, que conquistaron los corazones del mundo a principios de la década de los 90 interpretando a un mismo personaje, Michelle, en la serie de televisión Padres forzosos.

Escena de un crimen

La existencia de los gemelos idénticos ha planteado algunos problemas en cuanto a la identificación de ADN. Cuando en la escena de un crimen aparece el ADN de uno de ellos, era imposible saber a cuál de los dos pertenecía. Lo mismo ocurría en casos de custodia infantil, de paternidad y otros. Sin embargo, en 2013, científicos de la empresa DNA Worldwide Group descubrieron que hay sutiles diferencias entre los gemelos idénticos, pequeñas mutaciones llamadas polimorfismos de un solo nucleótido que ocurren después de que los gemelos se han separado en el útero y que, por tanto, no comparten los miembros de la pareja.

Un terrible experimento

  • Una versión especialmente espantosa del horror nazi fueron los experimentos de Josef Mengele, el médico de Auschwitz sobre gemelos.

  • Sus asistentes buscaban gemelos entre los deportados al campo de la muerte, y encontraron entre 700 y 1.500 parejas que fueron sometidas a procedimientos como inyectarle a uno una sustancia o someterlo a cirugía y comparar su evolución con la de su hermano.

  • Al terminar el experimento, ambos eran asesinados. Cuando el ejército soviético liberó el campo, menos de 200 parejas de gemelos habían sobrevivido al enloquecido Mengele.

Claro que, si hay huellas dactilares, el asunto queda resuelto. Los gemelos idénticos no tienen huellas dactilares iguales. Siguen siendo absolutamente individuales.

Los gemelos, sin embargo, no pueden resolver cuestiones como la influencia de la genética o el medio ambiente en algunos aspectos que nos fascinan, como la orientación sexual. Y es que todos los procesos genéticos ocurren en un medio ambiente que no es el mismo ni siquiera para dos gemelos que se desarrollan uno junto a otro.

Los gemelos idénticos no forzosamente se desarrollan con una misma placenta, pueden tener dos, y una de ellas tener más o menos cantidad de algunas enzimas, hormonas o nutrientes, lo que irá forjando las diferencias que los hacen muy parecidos, pero no idénticos. Algo que, además, vemos en los gemelos que conocemos y que, sobre todo conforme crecen, forja diferencias sutiles que podemos reconocer para distinguir a esas dos personas tan aparentemente iguales en principio. De hecho, los gemelos idénticos también se usan para el desarrollo de software de reconocimiento facial, bajo la premisa de que un programa capaz de distinguir a dos gemelos podría distinguir a casi cualquier persona.

¿Herencia o medio ambiente? Ambos, aunque la duda real es en qué medida interviene cada uno de estos elementos. Los genes pueden o no expresarse de acuerdo a muchos factores del exterior e incluso del interior de nuestro propio cuerpo: si un gemelo tiene emociones distintas del otro, su química interna lo reflejará y puede tener consecuencias profundas. Así, existen parejas en las que un gemelo es homosexual y el otro heterosexual, y otras en las que ambos son homosexuales.

Pero, por otra parte, no deja de ser sorprendente que muchos gemelos separados al nacer o en la niñez hayan demostrado compartir una serie de características, gustos (en ropa, en colores, en alimentos), personalidad e intereses. Ello nos dice que lo más probable, pero en modo alguno seguro, que las similitudes sean genéticas, y las diferencias se deban al medio ambiente.

Se siguen haciendo estudios de gran calado sobre gemelos para desentrañar más claramente cómo funciona este complejo juego de genes y entorno. Un departamento del Kings College de Londres mantienen un registro con más de 12.000 gemelos y mellizos para un proyecto que originalmente estaba orientado al desarrollo de la osteoporosis a lo largo de la vida, y que ha evolucionado hasta cubrir los aspectos genéticos de muy diversas características humanas complejas como el síndrome metabólico, la calvicie, las enfermedades cardiovasculares, el envejecimiento y la vista.

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