¿Cómo te gustan los pimientos?

En la cocina ha dado lugar a infinidad de recetas en los cinco continentes a partir de la infinidad de variedades que se conocen, aunque la mayoría de los tipos empleados como hortalizas son Capsicum annum. En verde se pueden consumir y ya de maduros giran a un color rojo, amarillo, pardo e incluso morado. Se distingue por un aroma característico que aporta un valor añadido a muchas elaboraciones.

Su consumo puede ser el fresco, secos, crudos, cocinados, encurtidos, pulverizados, dulces o picantes..., pero no todos son picantes. En la actualidad hay variedades picantes y otras como los clásicos pimientos morrones que han evolucionado para que no presenten esta característica que tanto predicamento tiene en América, especialmente en México con sus chiles, y en general en países cálidos, ya que el picante hace sudar y el sudor regula la temperatura corporal. Esto explica también que el pimiento morrón se consuma fundamentalmente en países del hemisferio norte.

El picante de los frutos del capsicum está justificado por su contenido en alcaloides de fuerte sabor, entre los que destaca sobre manera la capsicina.

Existe una graduación de uno a diez para clasificar los pimientos picantes. Cada persona debe conocer dónde está su límite, que en caso de sobrepasarse debe ser amortiguado de inmediato con unos granos de sal, nunca con un trago de agua.

Tomando conscientes como punto de partida pimientos picantes o morrones, se puede disfrutar con infinidad de recetas con pimientos.

En primer lugar puede apuntarse a las salsas picantes como el tabasco o frescas como el guacamole. Luego el pimiento también tiene participación en numerosas sopas asiáticas, en la sopa de pescado, en la bullabesa, en el consomé de pimientos, en algunos gazpachos, en ensaladas, en ensaladillas... Con huevos y verduras le vemos con frecuencia en el pisto, en revueltos,en los huevos a la flamenca, en tortillas. Con carnes y pescados el pimiento forma parte de interesantes guarniciones.

Solo, el pimiento asado o frito es un manjar. Puede acompañar a anchoas, participar en brochetas, albergar rellenos de lo más variado. En arroces y paellas no suele faltar, pero también dar lugar a mermeladas exquisitas.

Para asar el prioritario elegir bien pimientos de calidad, en su punto de maduración. El rojo morrón de gran tamaño y carnoso es una buena opción. Se pueden asar bien enteros o abiertos para retirar las semillas; en este caso es precio realizar un corte vertical.

Depende de las preferencias y posibilidades de cada cual es posible asar los pimientos al horno, al fuego o a la parrilla.

Al horno se tarda entre 25 y 30 minutos, según el punto de asado que se quiera conseguir. Más o menos el mismo tiempo lleva si se ponen directamente sobre la llama. En la parrilla el tiempo se reduce ligeramente, a unos 20-25 minutos.

En todos los casos el proceso exige una vigilancia e ir rotando los pimientos a medida que se van asando, buscando la homogeneidad. Luego estos pimientos se podrán degustar solos o como guarnición.

Lo más habitual es freír los pimientos verdes. Tras lavarlos y eliminar las semillas, se caliente abundante aceite en una sartén grande. Con el aceite caliente se incorporan los pimientos y se baja el fuego, para que se frían lentamente. Se sacan a un papel absorbente.

Se trata de una elaboración tradicional y popular originaria de La Mancha que aprovecha las verduras de temporada pochadas a fuego lento con tomate. Entre sus ingredientes está el pimiento, que se acompaña de cebolla, ajo y calabacín... Con un huevo está magnífico.

Hay tantas posibilidades como ingredientes, ya que el pimiento marida bien con casi todo. Así, podremos rellenar los pimientos de arroz, bechamel, atún, bacalao, carne, gambas, pollo, queso... Luego su elaboración más indicada es al horno.