Los panaderos comparten en Santander sus recetas, procesos y formulaciones
Tendencia panadera ·
El primer congreso celebrado en Santander sentó las bases de un futuro más sostenible para la panadería«La panadería está en auge y sus baremos se van acercando cada vez más a la gastronomía». Con esta frase clausuró el presidente de Ceoppan, Eduardo Villar, el Congreso de Tendencia Panadera celebrado la pasada semana en Santander, organizado por la Asociación Cántabra de Industriales de Panadería (Acipan).
Esta primera edición, retransmitida en directo por Urbiola Formación, ha tenido como protagonistas a los reconocidos panaderos Xavi Barriga y Guillermo Moscoso. Dos jornadas magistrales en las que, a cuatro manos, los dos maestros de Turris, en Barcelona, y Pan da Moa, en Santiago de Compostela, explicaron detalladamente los procesos de elaboración a través de una serie de recetas cuidadosamente seleccionadas –bica de Pan da Moa, rosca de maíz, brioche atlántico, brona de maíz y centeno, panes rústicos, ensaimada– para trabajar sobre las masas de alta hidratación con técnica de frío, el uso de fermentos naturales líquidos, las formulaciones de masas madre en panadería y bollería, así como compartir fundamentos, humildes pero muy valiosos consejos, mostrando con orgullo la importancia de generar sinergias para que el futuro de la panadería sea cada vez más amable y sostenible: «Somos los propios panaderos quienes tenemos que hacernos valer. Conseguir que ese cliente vuelva cada día a comprarte el pan».
Formación enriquecedora
Las dos primeras jornadas contaron con una reducida asistencia presencial en Las Carolinas –mucho más nutrida en el formato virtual–, donde un grupo de panaderos de la región tuvieron el privilegio de asistir a la 'masterclass' de Barriga y Moscoso.
Este primer congreso ha sido «una experiencia muy útil y enriquecedora» apuntó Víctor Castanedo, de Panadería Elechino y presidente de Acipan. «Me ha gustado la idea de jugar con el aprovechamiento de las masas para los bizcochos y nos han aportado técnicas para sacar más partido a nuestros obradores. Particularmente me quedo con dos conclusiones: el frío es nuestro aliado y las fermentaciones largas son la clave. Con estas técnicas podemos tener calidad de vida y de producto».
Otro de los asistentes presenciales fue Juan Manuel Leiva, de Panificadora Santoña, para quien estos encuentros «ayudan» a ir adaptando los procesos. «Estoy de acuerdo en que hay que alargar las fermentaciones, nosotros las hacemos de 24 horas y ellos recomiendan hasta 48 horas. Probaremos, igual que haremos con la metodología de trabajo que ellos plantean. En cuestión de maquinaria estamos cubiertos, tenemos tres cámaras de fermentación controlada pero fermentamos a temperatura ambiente casi todo lo que hacemos».
Hace veinte años que Manuel Saiz, de Panadería Saiper y miembro de la junta de Acipan, está en la línea que propone Xavi Barriga. «He hecho varios cursos con él y no solo es el futuro de la panadería tradicional, es el presente. Nosotros tampoco trabajamos de noche, empezamos a las cinco y creo que es la manera de tener panaderos, de vivir mejor y de desarrollar productos más saludables. Competimos con las grandes industrias que lo que no ofrecen es ese valor añadido que nosotros podemos aportar».
Gladys Oslé es una de las pocas panaderas en un oficio heredado de su padre. «He tenido el privilegio de asistir a otras demostraciones pero lo que más me ha gustado ha sido ver a dos maestros que con caminos distintos tienen la misma meta. Los dos hacen un pan buenísimo y honesto, Xavi es quizá más metódico y se nota la influencia francesa; y Guille tiene ese carácter gallego, de no perder su identidad. En Galicia cuidan mucho el pan y hay buenas panaderías. Tenemos que diferenciarnos si queremos sobrevivir, reinvirtiendo en nuestro negocio. El equilibrio es la clave».

Manuel Flecha asegura que la panadería va a velocidad de «vértigo» y es necesario «adaptarse»
La última de las tres jornadas del I Congreso Virtual de Tendencia Panadera reunió a tres destacados profesionales del sector, entre ellos el veterano Manuel Flecha, maestro panadero leonés de gran prestigio internacional. Después de toda una vida dedicada a la panadería ha visto y vivido la evolución de este oficio, para el que la formación debe ser constante: «Vamos a una velocidad de vértigo. Ahora sabemos el porqué de las cosas, tenemos mejores materias primas y trabajamos más tiempo durante el día, aprovechémoslo».
Actualmente, Flecha sigue compaginando su labor como formador en la Escuela de Panadería de Madrid con el negocio familiar y reconoce que haber adaptado las máquinas a sus procesos artesanales «ha sido fundamental».
Para la catalana Anna Bellsolá, cuarta generación de una de las familias de panaderos más reconocidas en España, manifestó la suerte de trabajar un producto que le inspira porque «es agradecido sin más». Tomando como punto de partida su proyecto más personal, la panadería Baluard, reconoció que a la hora de poner en marcha su propio obrador no siguió ninguna regla: «Uno debe adaptarse al local que encuentra». Para Bellsolá, la distribución, la planificación de la producción y los sistemas de trabajo también son claves. «En Baluard trabajamos con método indirecto, cocemos al día siguiente de elaborar y frenamos la fermentación, de esta manera controlamos mejor la subida de los panes».
Redactora jefa de la revista Pan, la periodista madrileña Beatriz Echeverría, y panadera por méritos propios, explicó cómo optimizar el espacio de trabajo en el obrador para que sea lo más rentable posible, como ha hecho en el Horno de Babette. «El espacio en un obrador te permite hacer de todo pero la inversión es esencial y hay que pensar en dos cosas principalmente: la calidad de los hornos y la capacidad que necesitamos para fermentar nuestros productos».
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