Borrar
Lizbeth Patiño, en la zona del pan del Dia de la calle Enseñanza. Javier Cotera
«Cuando volvió la luz, vinieron para hacer acopio de cosas básicas»

«Cuando volvió la luz, vinieron para hacer acopio de cosas básicas»

En el supermercado ·

Sin suministro y con las cajas sin posibilidad de operar, muchos establecimientos tuvieron que cerrar hasta que volvió la luz

Álvaro Machín

Santander

Martes, 29 de abril 2025, 19:04

Sin luz, no hay cajas. Y sin cajas, en un supermercado, poco se puede hacer. «Tuvimos que cerrar», resume Lizbeth Patiño, encargada del Dia de la calle Enseñanza, en Santander. Con pesar, «porque los clientes se ponían nerviosos y querían que les atendiéramos, pero no podía ser». Con el temor de que la cosa se prolongara, les decían que no podían quedarse sin comida. Al final, a media tarde –a eso de las seis, en su caso– pudieron volver a levantar la persiana del negocio. Aunque la emergencia había pasado, «vino bastante gente a partir de esa hora para hacer acopio de agua y de ciertas cosas básicas», explicaba.

El martes por la mañana no parecía diferente a cualquier otro día. Uno más. «Todavía hay alguna cosa mínima sin luz, pero es por nuestro propio sistema y no supone ningún problema», aclaraba a El Diario Montañés la encargada del supermercado, que contaba como el lunes vendieron «todo el pan que estaba hecho» hasta que se agotó.

El relato es muy parecido al que hacía también Raquel Ateca desde el BM de la calle Santa Clara. «La gente se fue poniendo nerviosa a medida que iba pasando el tiempo». Ellos, relata la también encargada, estuvieron abiertos «lo que duró el programa de emergencia» con el que cuenta el establecimiento para estas situaciones. Eso, y el tiempo necesario para que los clientes que estaban en ese momento en el súper «fueran saliendo».

Desde ese momento, persiana abajo hasta que regresó la luz. «Volvimos a abrir al público pasadas las cinco de la tarde y lo que quedó de día ya se funcionó con normalidad». Como el martes o como cualquier otro jornada.

En ambos casos, indicaron, la mercancía de las cámaras aguantó sin problema. «Lo más susceptible de poder estropearse se metió en las cámaras más potentes (que conservan mejor el frío) para asegurar y, además, no se tocó nada y todo se mantuvo cerrado para favorecer la conservación mientras duró el apagón». Un factor, esto último, importante, según explicaban, porque las puertas abiertas y las entradas de aire podrían influir –para mal– en la conservación.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Cuando volvió la luz, vinieron para hacer acopio de cosas básicas»