«Ese día se le fue la cabeza, pero cuando vuelva aquí todos le recibiremos bien»
Los vecinos de Turieno recuerdan cómo hace un año Luciano Simón se atrincheró en su casa, disparó a los guardias y burló el cordón policial para huir al monte antes de ser detenido
Ramona tenía dudas. «No sé si el aniversario es hoy, es mañana…», explicaba ayer esta vecina de Turieno (Camaleño) a Lucía, su compañera de charla, ... que no había caído en que se cumplía un año desde que el nombre del pueblo apareciera en todos los medios de comunicación del país a causa de un tiroteo de película. Un hombre se había atrincherado en su casa, había disparado contra los guardias civiles que trataron de que depusiera su actitud violenta y finalmente había logrado esquivar un cordón policial de unos 50 agentes para escapar al monte. La huida de Luciano José Simón, 'Ciano' o 'El rizos', como le llamaban en esta localidad lebaniega, o 'El rambo de Turieno', como aquellos días fue conocido en toda España, duró 30 horas, hasta que este individuo que desde entonces se encuentra en la prisión de El Dueso regresó a casa y fue interceptado.
El intercambio de disparos duró toda la noche. De los 150 que contabilizaron los integrantes del operativo, unos 20 salieron de la escopeta del fugitivo y uno de ellos hirió a un guardia civil. «Estábamos sentados aquí mismo los tres y escuché los disparos. Yo pensaba que eran cohetes», recuerda Ramona, que preguntó a su amiga si había alguna fiesta. José Antonio, excazador, reconoció enseguida el ruido y la corrigió. Al poco tiempo, recibió una llamada de su nieta, que se había enterado de la noticia por internet, y le dijo que se metiera en casa, que cerrara con llave y no saliera.
«Aquello pasó y pasó. Hablamos del tema los primeros días, pero después nos olvidamos. Y hoy porque es una fecha señalada», cuenta la mujer, que reconoce que lo que ocurría aquellos 17 y 18 de julio de 2018 en la calle no la quitó el sueño. Otro vecino de Luciano, al que el revuelo que producía las aspas del helicóptero de la Guardia Civil le destrozó la huerta y la misma por donde pasó el fugitivo cuando se dirigía a su escondrijo en un monte cercano desde donde tenía una panorámica completa del pueblo, no pegó ojo. «Miedo de que nos disparara no, porque somos vecinos y nos llevamos todos bien, pero fue un despliegue tal que estábamos en tensión», afirma.
Esa sensación es generalizada en Turieno. Luciano Simón, con antecedentes por trapicheos, atentado contra la autoridad y robo con violencia, al que el magistrado que ha instruido el caso le achaca amenazas, atentado y tenencia ilícita de armas, y que también considera que el consumo de drogas y alcohol pudo provocar «un déficit del control de los impulsos», nunca fue una persona conflictiva en el pueblo. Los únicos enfrentamientos públicos de este hombre de 59 años habían sido con los guardias civiles, a los que consideraba «sus enemigos», y con sus hermanos. Su entorno no veía con buenos ojos que utilizara la casa familiar para reunir a sus amigos e incluso le habían invitado a que la abandonara. De hecho, aquella tarde todo se desencadenó a raíz de una discusión con su hermano, al que llegó a amenazar con una navaja. Éste avisó al cuartel de Potes y cuando los guardias llevaron a la vivienda su estado de alteración no le permitía atender a razones, así que se lió a tiros. «Os voy a matar», gritaba a la autoridad.
Desde entonces, especialmente en las primeras semanas, la casa de Luciano se convirtió en un foco turístico. «Eso fue al principio y era de bastante mal gusto, porque estaba allí la familia y la gente venía a hacerse fotos. La verdad es que yo tengo con él muy buen trato, pero ese día pudo causar una desgracia muy grande», recuerda otra vecina que no pudo dormir en su casa.
Buena opinión
Volvía por la tarde de trabajar en Potes y se encontró toda su urbanización rodeada. Hasta las diez y media de la mañana, cuando un Grupo de Acción Rápida (GAR) llegado desde La Rioja para asaltar la vivienda comprobó que allí no había nadie, no pudo regresar. E insiste en que todo el mundo en Turieno tiene una buena opinión sobre él, un hombre al que, aunque reservado, definen como atento y, sobre todo, inteligente, «manitas» y servicial. Entonces, ¿qué le pasó aquella tarde? «Pues que se le fue la cabeza, pero cuando venga por aquí seguro que será bien recibido. Nadie va a tener miedo o pondrá problemas», entiende la vecina, en cuya fachada aún quedan los restos de dos disparos.
Un preso tranquilo, discreto y dedicado a la jardinería
Luciano Simón entró en prisión dos días después de ser detenido. Desde entonces permanece en El Dueso (Santoña) a la espera de juicio. Allí ha tenido un comportamiento ejemplar y no le han abierto ningún expediente disciplinario. Le definen como un hombre muy discreto y que sólo se relaciona con un pequeño grupo de presos. Participa en todos los programas que le han asignado, con especial predilección por el taller de jardinería, una de sus pasiones.
«Es una persona normal que tuvo un mal día, no un delincuente, como se vendió», afirma Toño, que se considera amigo personal de Ciano. Recuerda que el ahora preso fue el que hace unos años le propuso de forma altriusta arreglar las goteras de la iglesia y que él era el que mantenía limpia y arrancaba las malas hierbas de la calle. «Es cierto, aquí nadie tiene una mala palabra contra él, pero una persona normal no dispara a la Guardia Civil», le matizan.
Toño no es el único en Turieno que no descarta que realmente nunca huyera al monte, sino que se ocultara en algún escondrijo de su casa. Y cree que los agentes lo que tenían que haber hecho es darse la vuelta y regresar cuando el fugitivo estuviera «más tranquilo». Ahí no está de acuerdo la mayoría de los vecinos, pero sí coinciden en que algo falló para que lograra huir, como dice la versión oficial. Durante esas 30 horas, el pueblo estuvo en tensión y en la boca de toda España.
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