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consuelo de la peña
Miércoles, 16 de noviembre 2016, 18:25
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No ha habido que esperar a lo que diga el tribunal, que sólo se pronunciará sobre la pena pero no sobre la autoría. El propio joven marroquí de 20 años, Issa Q., acusado de propinar una puñalada por la espalda y por sorpresa a otro muchacho en la calle Ataúlfo Argenta de Santander, se declaró ayer culpable en el juicio celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia y reconoció los hechos. Además, días previos a la vista, depositó 3.000 euros en la cuenta judicial para demostrar su voluntad de indemnizar a la víctima, lo que ha servido para que tanto el fiscal como la acusación particular reduzcan sensiblemente las penas solicitadas al aplicar la atenuante de reparación del daño.
El Ministerio Público, que calificó los hechos como un delito de homicidio en grado de tentativa, redujo de seis años y medio a cuatro años la pena solicitada para el procesado, en tanto que el abogado de la víctima bajó de 10 a 6 años la petición de condena. La defensa de adhirió al escrito de acusación del fiscal.
Confesada la autoría, los alegatos de las acusaciones se convirtieron en una invocación al procesado para que «aproveche la oportunidad que le da la sociedad» y se pueda «reinsertar» en la sociedad cuando salga de la cárcel. El abogado de la víctima avanzó en este sentido que no se opondrá a los beneficios penitenciarios que solicite el acusado, una vez se dicte sentencia. De este modo, la Sala únicamente tendrá que dilucidar si impone al reo cuatro o seis años de cárcel. Issa Q, se encuentra en prisión desde el 5 de diciembre del año pasado, el día en que ocurrieron los hechos.
El chico, de nacionalidad magrebí con residencia legal en España, admitió que ese día, a las seis de la mañana, se encontraba en el exterior de una discoteca situada en la calle Ataúlfo Argenta cuando inició una discusión con otro joven que se encontraba hablando tranquilamente con su novia. En un momento dado, cogió una navaja y le acometió con fuerza por la espalda. La chica declaró ayer que al ver el alcance de la herida cogió el primer taxi que pasó por la calle y lo trasladaron inmediatamente al Hospital Valdecilla, donde ingresó con una hemorragia masiva que a punto estuvo de causarle la muerte.
La herida le ha dejado una cicatriz de 17 centímetros de largo por cinco de ancho, una lesión por la que el fiscal pide una indemnización de 2.000 euros, cantidad que la víctima eleva a 34.000 euros. Al admitir los hechos, el procesado se limitó a asumir el relato de las acusaciones. En este sentido, la fiscal valoró que Issa Q. reconociera su culpa, un «buen paso» para que esto contribuya a su reinserción social. Al término del juicio, cuando el tribunal le ofreció la última palabra al acusado, un trámite en el que pudo haber pedido perdón, este rechazó hacer uso de su derecho.
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