La Casa Capitular, en la cáscara
Avanza a buen ritmo la reforma del edificio anexo a la catedral, que ya se ha vaciado por completo. A partir de ahora se iniciará una gran excavación
De la Casa Capitular junto a la catedral de Santander ya solo queda la cáscara: por dentro se ha vaciado por completo y, ... en breve, se empezará una gran excavación con el objetivo de conseguir una nueva entrada al edificio, a cota de calle, que hasta ahora no tenía. Desde que en abril se inició la gran reforma de este inmueble, testigo de todo lo que ocurre en el centro de Santander, la tarea ha estado en demoler todo el interior. La excavación que está por venir conlleva una supervisión arqueológica «por si se encontrase algún vestigio de valor», aunque, 'a priori', según el arquitecto autor del proyecto, David Arce, «no se prevé ningún afloramiento».
La transformación que está en marcha en la casa -que data de los años 40 del siglo XX- persigue unificar los archivos Catedralicio y Diocesano, un ambicioso proyecto que no concluirá hasta enero de 2021. Cuando finalicen estos trabajos, la ciudad dispondrá de un espacio multiusos, con salas de consultas e investigación, los dos archivos en un solo lugar y una sala para celebrar conferencias con un aforo de 150 personas. La nueva instalación quedará incluida en el Anillo Cultural de la capital cántabra.
LOS DATOS
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Financiación. Los trabajos corresponden a la quinta fase del Plan Director de la Catedral, con inversión 2,5 millones de euros. El proyecto está financiado a tres bandasel 75% (1,5 millones) lo aporta el Ministerio de Fomento a través del plan de restauración de bienes culturales. La aportación municipal asciende a 253.000 euros. El resto lo paga el Obispado.
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Plazos Se espera que la construcción esté lista para 2021.
Según afirmó el obispo de Santander al empezarse la obra, la institución religiosa custodia documentos «imprescindibles para conocer la historia de esta tierra». Cuando se acabe la construcción este importante legado -que incluye un pergamino del siglo XIII- se podrá conservar con más medios.
La idea siempre fue que el exterior del edificio permaneciera intacto si bien el acondicionamiento interno será integral. Pasará de tener tres plantas a cuatro y contará con mejor accesibilidad, ya que se abrirá una puerta por la calle Obispo Plaza García. Todas las plantas podrán ser visitadas, salvo la última, que se reservará para uso religioso.
David Arce confirmó ayer que la obra marcha en tiempo y forma y que la excavación a realizar se separará del muro del castillo de San Felipe. Este flanqueó la puerta de entrada a la ciudad durante 800 años, y está previsto recuperar su torre sudoriental. «El muro servirá de telón de fondo de la nueva instalación, donde queda al descubierto y se podrá tocar», explicó el arquitecto en abril.
A cota de calle se instalará un almacén. La planta principal estará cubierta por un lucernario de vidrio y será diáfana. En las plantas tercera y cuarta se ubicarán los archivos y las salas de consulta, conectadas en triple altura con una escalera que permitirá separar la nueva estructura de la fachada original y extender el espacio expositivo a las zonas de paso de estas plantas superiores.
Entre las actuaciones estratégicas está el excavado de dos plantas en su mitad más oriental, hacia el Banco de España, para poder alcanzar el nivel de las calles Cádiz y Juan Plaza. Se instalarán nuevos núcleos de comunicación vertical, perforando el muro de piedra del basamento para crear una nueva entrada a pie de calle. La obra incluye dos ascensores, uno el nuevo espacio y otro de acceso al claustro.
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