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Una imagen de Celia en la universidad de Iowa DM

El presunto asesino de Celia Barquín confesó días antes que quería «matar a una mujer»

Collin Daniel Richards ha sido ya acusado de asesinato y se le ha impuesto una fianza de 5 millones de dólares

Miércoles, 19 de septiembre 2018, 07:16

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«Ha llamado un hombre desde Coldwater. Cuentan que una mujer estaba jugando al golf y no la encuentran por ninguna parte». Con esa llamada el servicio de emergencias alertaba a la policía de Ames (Iowa, Estados Unidos) de una denuncia ciudadana. Poco después aparecía el cuerpo sin vida de la cántabra Celia Barquín.

Como cada mañana, había ido a entrenar al campo de Coldwater Golf Links, en Ames, algo que a sus 22 años se había convertido en su rutina. Se había cruzado con un empleado del campo con el que había charlado brevemente –el mismo que posteriormente dio la primera voz de alerta– y cuando estaba ya en el recorrido, un tipo (la policía ha detenido a Collin Daniel Richards, de 22 años) con distintos antecedentes por delitos menores la salió al paso con un arma blanca. Intentó defenderse, pero el atacante terminó con su vida y abandonó el cuerpo en el estanque del propio campo, a poca distancia de donde había quedado su bolsa de palos. Fue entonces cuando esa misma persona con la que había estado a primera hora observó la bolsa abandonada y sospechó que algo había ocurrido. Incapaz de localizarla, avisó a los servicios de emergencia y estos a la policía local, que finalmente localizó el cuerpo con diferentes heridas en la parte alta del torso, el cuello y la cabeza.

Este es, a grandes rasgos y con toda la prudencia que exige la escasez de información y lo temprano del momento de la investigación, el relato de los últimos momentos de Celia Barquín. Los datos se fueron dando a conocer con mucha prudencia a lo largo del día. Pero por la tarde, la policía local de Ames informó de un testigo que habría declarado a la policía que había oído decir al detenido que «sentía la necesidad de violar y asesinar a una mujer». Además, Richards había instalado una tienda de campaña junto al campo de golf y en el momento de su detención, tenía «varios rasguños en la cara y una profunda laceración en la mano izquierda». Durante la búsqueda de indicios, los agentes encontraron a ese testigo, que responde a las siglas D.B. y que, cuando se aproximaron a él, preguntó de inmediato «¿Qué le ha hecho a ella». Acto seguido, esta persona guió a los policías al lugar donde estaban la tienda de campaña que había compartido con el detenido.

De momento se sigue investigando si hubo un intento de violación, ya que el detenido tenía marcas de forcejeo en la cara, según confirmó la policía. El 112, el teléfono de Emergencias Madrid, recibió en la madrugada del martes una llamada de la Policía de Iowa informando de la aparición del cadáver de la española asesinada con el fin de intentar contactar con sus familiares.

El presunto asesino, Richards, compareció ya en la tarde del martes ante un juez de una corte del estado de Iowa, que le impuso una fianza de 5 millones de dólares en efectivo y fijó una audiencia preliminar para el 28 de septiembre. Durante el interrogatorio, el acusado detalló que antes de ser detenido estuvo por la mañana con una persona en una residencia cercana. Esa persona fue más tarde interrogada por los agentes a los que precisó que el sospechosos había acudido a su vivienda cubierto de sangre, agua y arena, y que al verlo así le ofreció que se lavara allí.

La Policía también ha enc0ntrado en el lugar del suceso una mochila que supuestamente había llevado el presunto asesino y de la que se había desecho antes de entrar en contacto con los agentes, además de un cuchillo con restos de sangre, según ha relatado el comandante de la Policía de Ames, Geoff Huff.

Por el momento, las autoridades no han descubierto ninguna relación entre el supuesto asesino y la joven española, que se encontraba entrenando sola en el momento del ataque.

«Habíamos tenido encontronazos con él en el pasado, pero no tengo detalles sobre antecedentes criminales o cuántas veces tuvimos esas altercados con él», comentó Huff sobre el historial del acusado.

El comandante también señaló que por ahora no pueden informar del móvil del asesinato y que están analizando videos grabados por testigos en el lugar de los hechos.

En Cantabria, dolor y estupor

Mientras, en Cantabria familiares y amigos pasaron el día entre el dolor y el estupor que ha causado en Puente San Miguel, Torrelavega, en Cantabria y en toda España el asesinato de una joven promesa del golf y brillante estudiante. Para desarrollar ambas facetas se había trasladado a Estados Unidos, donde encontró la muerte sin que haya trascendido si víctima y agresor se conocían ni el móvil, aunque todo apunta, según se desprende de la información policial y lo señalado por diferentes fuentes, que se trató de un desafortunadísimo encuentro fortuito.

«Sabemos que mi hermana había ido a entrenar como todos los días y que alguien la ha atacado, no sabemos todavía mucho más de la investigación y esperemos que en las próximas horas nos puedan facilitar más datos de lo sucedido», explicaba consternado su hermano, Andrés Barquín, a última hora de la mañana de ayer.

«Ahora mismo estamos bastante destrozados toda la familia, intentando asimilar un poco lo sucedido, y pedimos un poco de intimidad para sobrellevar estos días que están siendo bastante duros», añadía. Su familia reside en Puente San Miguel y tiene varios negocios familiares en Torrelavega, entre ellos la Carnicería Manín, en la zona de Cuatro Caminos.

Celia Barquín Arozamena (Santander, 6 de julio de 1996-Ames, 17 de septiembre de 2018). acababa de regresar a Estados Unidos, a donde se había trasladado hace cuatro años como becada para iniciar su carrera profesional en el golf y realizar sus estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Estatal de Iowa. Tras pasar el verano en Cantabria, donde había seguido entrenando con sus antiguos compañeros en el campo de Santa Marina, había regresado a Ames y se entrenaba para conseguir la tarjeta profesional de la PGA. Fue en una de esas jornadas de rutina cuando fue atacada, según sospecha la policía por Collin Daniel Richards, que ya ha sido acusado de asesinato en primer grado e ingresado en la prisión de Story County en Nevada, en Iowa con una fianza de cinco millones de dólares.

La primera información se hizo pública en una rueda de prensa en la que el responsable de la investigación, el comandante de la policía de Ames, Geoff Huff, ofreció de modo telegráfico los primeros datos de una investigación en la que los cuerpos de seguridad locales, que trabajan en coordinación con la policía estatal de Iowa, al tiempo que solicitaba la colaboración ciudadana para esclarecer los hechos.

Huff sí hizo oficial ya en esa misma conferencia de prensa la detención de Richards, de 22 años, sin domicilio conocido y, según el diario weareiowa.com, con numerosos antecedentes. El mismo USA Today indicaba ya a primera hora de la mañana que la investigación apunta a que se trata del único responsable. «Es sospechoso y creemos que la gente debería ser muy prudente ahora mismo», acotaba Huff.

Aún está pendientes del resultado de la autopsia, que se practicará en Estados Unidos antes de la repatriación, y la prioridad de las autoridades es no entorpecer la investigación y respetar la privacidad de la víctima y su familia, que devastada continuaba ayer a la espera de lo que ocurra con la repatriación, pero está «en permanente contacto con las autoridades».

«Deja un recuerdo inolvidable, de una chica siempre alegre, simpática y cariñosa y con una sonrisa contagiosa», decían desde su entorno cercano, aún conmocionado por lo traumático de la noticia cuando aún se conocía muy poco. Solo el fatal desenlace, la detención y la bolsa que había servido de señal de alarma.

Cuando horas después de encontrar cuerpo y posteriormente identificarlo la policía de Ames ofreció la rueda de prensa lo hizo con extremada prudencia y respeto hacia el entorno, y preocupada también en no entorpecer la investigación. Hacía muy pocas horas que se había producido la primera señal de alarma, recibida a las 10.24 del lunes en horario local. Después se sucedieron los acontecimientos, aún sin que trascendiera la noticia a la opinión pública. Identificación, detención, información a la familia y posteriormente la rueda de prensa que, ya conocida la identidad de la víctima, hizo pública la mala noticia.

La carrera truncada de Barquín es la de una temprana promesa que se había convertido ya en la referencia del golf español femenino. Y la de una excelente estudiante. Antigua alumna del Colegio Público Cantabria de Puente San Miguel, estaba becada en Iowa. Con perfecto dominio del inglés estaba a punto de terminar su grado y no sólo destacaba en el ámbito académico. Campeona de España benjamín en 2006 e infantil en 2010, dos años después ingresó en la Escuela Nacional de Golf. Por aquella época había comenzado además a competir, como otros deportistas cántabros con la Federación Asturiana de Golf, al considerar que ofrecía mejores condiciones (en especial en los desplazamientos) que la cántabra. Pero siguió entrenando en los mismos ambos, en especial en el de Santa Marina, y no dejó Cantabria hasta trasladarse hace cuatro años como becada a la Universidad Estatal de Iowa para estudiar Ingeniería Civil y continuar con su carrera golfística.

Allí se desplazó en un primer momento con su madre, que siempre había viajado para seguir la carrera deportiva de su hija, mientras su padre siguió trabajando en la carnicería y solo en algunas ocasiones pudo viajar para verla competir. Ahora, ya con 22 años y adaptada a la vida en Estados Unidos, Barquín estaba a punto de cumplir sus dos grandes objetivos vitales. Este otoño comenzaba el último curso de su grado y se encontraba ya cerca de obtener la tarjeta profesional tras haber participado esta primavera en la última edición del Abierto de Estados Unidos.

La propia Barquín explicaba su experiencia al portal especializado ten-golf: «Me apunté porque se jugaba en Mineápolis, en un campo que está a tres horas en coche de mi casa, le pregunté a mi novio si se quería venir y me dijo que sí. Además, mi entrenadora en la universidad de Iowa State, Christie Martens, me contó que su hermana ya se había clasificado para un US Open en una previa a la que fue sin expectativas. Sólo tienes que jugar bien un día, me dijo. Y allá que fui».

«Hace unos meses pasó con solvencia la primera criba y quedó entre las quince primeras y, próximamente, no sé si era en octubre, pasaba la segunda criba para intentar obtener la LGTA», explicaba ayer entre lágrimas Santiago Carriles, su profesor de golf en los comienzos de la jugadora en el campo de Abra del Pas. Y es que Barquín estaba viviendo uno de los mejores momentos de forma de su carrera deportiva, después de haber logrado ganar el Campeonato de Europa aficionado, el pasado mes de julio en Eslovaquia. La visible emoción de Carriles personificada la de todos sus allegados en un momento traumático. Lo mismo que otros amigos y compañeros de generación y de Juan Postigo, que tras haber estado en el foco mediático hace unos meses por pasar del golf adaptado al profesional pese a competir con una sola pierna, recibió la noticia de madrugada en Bélgica y mostraba su consternación por la pérdida de una «tremenda amiga».

«Era una estudiante de gran talento y una aclamada golfista con un brillante futuro», señalaba en un comunicado la presidenta de la Univ ersidad de Iowa, Wendy Wintersteen.Una carrera deportiva y una vida truncada deasiado antes de tiempo.

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