Las vejaciones de las trabajadoras en la residencia Alborada de Torrelavega se quedan en multas de entre 180 y 900 euros
El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander condena a las cuatro acusadas de la residencia, que han reconocido los hechos reflejados en las grabaciones y han pedido perdón ante las familias, en el marco de un acuerdo de conformidad
Sentencia firme en la causa por las vejaciones cometidas por cuatro auxiliares en la residencia Alborada de Torrelavega. El Juzgado de lo Penal número 3 ... de Santander ha condenado este viernes a las cuatro acusadas de la residencia investigadas por estas vejaciones a usuarios, un caso que comenzó hace dos años tras la denuncia de unas familias. Tras alcanzar las partes un acuerdo de conveniencia y la atenuación de la pena por el reconocimiento de los hechos, tipificados en el artículo 173.4 del Código Penal, la jueza ha emitido sentencia condenatoria firme para las cuatro empleadas: dos, como autoras de dos delitos continuados leves de vejaciones injustas, condenadas por cada uno de ellos a dos meses y medio de multa a razón de seis euros diarios; otra, por un delito leve de vejaciones injustas, con un mes de multa a razón de seis euros diarios; y la última, como autora de dos delitos de vejaciones injustas, a la pena por cada uno de ellos de un mes de multa y seis euros al día. Las sanciones comprenden de 180 a 900 euros.
Las familias y la residencia solicitaban para las trabajadoras hasta cinco años de prisión, 4.320 euros de multa y 34.000 de indemnización –30.000 para el centro y 2.000 a cada víctima–, por delitos de maltrato habitual y maltrato de obra. Sin embargo, con el acuerdo, y tras disculparse, se les aplica la atenuante de reparación y finalmente la jueza les condena por delitos leves de vejaciones injustas y dichas multas. La Fiscalía no había presentado escrito de acusación, pero sí alegaciones al de las otras partes manifestándose en este sentido, de modo que se ha adherido al acuerdo de conformidad.
El reconocimiento de los hechos por parte de las acusadas fue un elemento clave de lo ocurrido este viernes en el Juzgado de lo Penal. Aquí, en la sala de vistas número 2, y admitiendo reconocerse en dichos audios y mostrando su arrepentimiento, las acusadas han pedido perdón tras escuchar las grabaciones que, hace dos años, fueron tomadas por parte de las familias.
La escucha de dichas grabaciones una a una y durante varios minutos ha centrado lo ocurrido en la sala antes del dictamen de la jueza. En ellas, se recopilan diferentes comentarios y formas groseras con las que estas empleadas se dirigieron a dos usuarios. «¡Abre la puta boca!», «¡para coño!», «me cago en Dios», «como vuelvas a hacer eso…», «¡calla la boca!», «que no te levantes joder» o «me cago en mi puta madre» son solo algunos de los comentarios que quedan reflejados en dichos sonidos. Han sido reproducidos uno a uno, con la sala en completo silencio. En uno de ellos, tras manifestar uno de los usuarios que tiene hambre, una de las auxiliares le responde: «pues pincha el culo y saca sangre, o come mierda que ya eres grande».
«Me arrepiento muchísimo»
Ha sido la primera vez que se escuchaban cometiendo dichas vejaciones a usuarios, después de dos años y el inicio de una investigación que ha llegado hasta aquí. «Me reconozco y quería pedir disculpas», «no era consciente», «me arrepiento muchísimo y pido perdón a la familia», «no estoy orgullosa de mi manera de hablar», han entonado una a una, justo antes de la sentencia.
El dictamen afecta a cuatro empleadas, tres de estas fuera de la residencia desde primavera de 2023; una cuarta, cuyo caso la residencia siempre distinguió del resto, permanecía trabajando en el centro hasta ahora. Y permanece. Ahora que ha quedado condenada, la residencia sopesa su situación, según trasladan a preguntas de este periódico.
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