Las primeras investigaciones apuntan a un exceso de velocidad en el accidente mortal de Cabezón de la Sal
La vía en la que se produjo el trágico siniestro, que estaba «muy mojada» en el momento de los hechos, está limitada a 50 km/h
La primeras pesquisas practicadas por el Sector de Tráfico de la Guardia Civil apuntan a un exceso de velocidad como el principal factor del accidente ... ocurrido la madrugada de este domingo en Virgen de la Peña (Cabezón de la Sal), en el que fallecieron Pau Solá (22 años), Borja Díaz (23 años) y Alejandro Fernández (25 años) tras salirse de la vía el vehículo en el que viajaban en la carretera nacional N-634, dar varias vueltas de campana e impactar contra el muro del bar Los Abetos.
Según la información trasladada desde la Delegación de Gobierno en Cantabria, la vía en la que se produjo el fatal accidente está limitada a 50 km/h y las investigaciones ya realizadas por el la Agrupación de Tráfico apuntan a que el vehículo iría a una velocidad superior a la permitida en la zona.
No obstante, la investigación sigue abierta y pendiente de más informes, como la reconstrucción del accidente, que, en principio, realizará el equipo especializado de Cantabria. Es decir, no se contempla, por el momento, recurrir al ERAT (Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Guardia Civil), encargado de investigar siniestros viales complejos para determinar sus causas y ayudar a prevenir futuros accidentes. Esta unidad ha actuado en Cantabria en los pasados siniestros de Castelar (Santander) y Suesa (Ribamontán al Mar), entre otros.
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Durante la jornada de ayer, el Equipo de Atestados de la Guardia Civil se trasladó al lugar del accidente para practicar una serie de diligencias con las que poder aclarar las circunstancias en las que se produjo el fatal siniestro. Aprovechando que las condiciones meteorológicas acompañaban, los agentes tomaron una serie de mediciones con las que poder determinar la velocidad a la que circulaba el vehículo implicado en el momento en el que se salió la calzada, invadió la isleta que hace de mediana y salió disparado dando vueltas de campana hasta estrellarse con el muro del restaurante Los Abetos.
Más allá de ese exceso de velocidad, lo que se conoce por el momento es que el vial donde se produjo el accidente se encuentra en buenas condiciones de conservación, según apuntaron desde Delegación del Gobierno, aunque en el momento de los hechos el asfalto estaba «muy mojado», tal y como apuntó el encargado del citado restaurante, que la hora en la que se registró el siniestro estaba cerrado.
El tramo de vial en el que se registró el accidente se reformó «hace unos años» en el marco de una serie de actuaciones que acometieron diferentes administraciones.
Además de la inspección ocular y la investigación del lugar del siniestro, en este tipo de casos son fundamentales otro tipo de pruebas como las autopsias, que ya han sido realizadas en el Instituto de Medicina Legal (IMD) de Santander, y que permitirán determinar la causa y la data de la muerte de los tres jóvenes, e identificar las lesiones sufridas y su relación con el accidente.
Además, una parte fundamental de la autopsia es la toma de muestras biológicas (sangre, orina, humor vítreo...), las denominadas pruebas toxicológicas, que son remitidas al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, con sede en Madrid, y que determinarán si hay presencia de alcohol, drogas o medicamentos en los cuerpos de los fallecidos. Los resultados de estas pruebas suelen tardar «varias semanas o incluso meses», según informaron fuentes del caso.
El titular Tribunal de Instancia Nº7 de Torrelavega, Julio Gallego, en funciones de guardia, es quien ha asumido la investigación del caso y el que determinará si es necesaria o no la práctica de más diligencias para esclarecer los hechos.
De cumpleaños
Al margen de la investigación, este periódico ha podido saber que unas tres horas antes de que se produjera este trágico accidente, Pau, Borja y Álex habían estado cenando con un grupo de amigos en San Cipriano, celebrando dos cumpleaños.
Minutos antes de las diez de la noche, Pau, Borja y Álex llegaron al restaurante en el que se celebraba el cumpleaños y donde estuvieron cenando durante cerca de dos horas. Al filo de las doce de la noche abandonaron el lugar de celebración y se dirigieron a Cabezón de la Sal, donde tenían intención de continuar la fiesta. Apenas siete kilómetros después, Pau perdió el control de su coche, un Seat Cupra, y se produjo el accidente mortal.
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En el punto kilométrico 244,9 de la carretera nacional N-634 (Virgen de la Peña), en el que Pau Solá perdió el control de su vehículo –por causas que se están investigando–, hay ubicada una estación de servicio de Moeve (antes Cespa). Aunque en el momento del accidente, sobre las doce y media, se encontraba cerrada (su horario habitual es de 07.00 a 22.00 de lunes a viernes, y de 09.00 a 22.00 los sábados y domingos), la estación cuenta con cámaras de seguridad.
Consciente de esta circunstancia, el Equipo de Atestados de la Guardia Civil ha solicitado a los responsables de esta estación de servicio las imágenes que grabaron esas cámaras en el momento del accidente, al objeto de determinar si recogieron el instante en el que el coche implicado se salió de la calzada, dio varias vueltas de campana y acabó impactando contra el muro.
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